viernes, 28 de diciembre de 2012

Top 100: Los mejores discos de los 60


Bueno, ante la imposibilidad estos días y hasta 2013 de retomar el blog, os dejo un pequeño aperitivo en forma de lista. Como ya vimos en el blog desde el 65 al 68, muchos de los discos os serán familiares a los seguidores habituales, ademas de por supuesto a todos los amantes de los años sesenta.

La lista la conforman tantos discos conocidos por todos, como otros que igual no son tan famosos pero que atesoran la misma calidad. Muchas veces por estar lejos de las listas habituales se han perdido verdaderos discazos, así que en cierta parte también he querido rescatarlos del olvido.

Espero que os guste la lista y si queréis podemos comentarla tanto aquí  como en la propia web. Un saludo y prometo volver pronto.


viernes, 23 de noviembre de 2012

THE VELVET UNDERGROUND + VANISHING POINT



¡Hola a todos! Vengo para comentar que Vanishing Point me esta robando mucho tiempo, así que por ahora no podre seguir actualizando el blog en una temporada. Espero que para Enero, después de vacaciones, pueda retomar 1969 y por lo menos llegar a la década de los 70.

En cuanto a la página web esta funcionando de maravilla. Os invito a todos que sigáis pasando por allí, tanto a los que ya nos siguen como a los que todavía no y que nos hagais propaganda y follow en las redes sociales ¡seria de gran ayuda!. Estamos creando una comunidad enorme, y nos encantaría contar contigo. También siguen abiertos los plazos para colaborar con la publicación, así que todo el que se anime y quiera ser redactor ya sabe.

Os dejo con un enlace a mi ultimo articulo para la web, sobre una de mis bandas favoritas, The Velvet Underground, donde podréis leer un montón de curiosidades y anécdotas así como ver un repaso a detalle de la banda.

Un saludo a todos, espero vernos pronto y poder retomar nuestra cuanta atrás hacia 2010, pero mientras tanto disfrutemos del 2012 en adelante.






lunes, 17 de septiembre de 2012

¡Colabora en mi nuevo proyecto! Nueva web musical


Después de crear este blog y tras ello el foro, he decidido empezar una empresa mayor y posiblemente más rentable. Estoy a punto de terminar mi propia revista online, la cual como no podía ser de otra forma tratara sobre música.

Al contrario que el blog, donde altruistamente subo los discos de mi propia colección para compartir, en esta ocasión lo que tratare de hacer es que sea rentable para mis bolsillos. Todo aquel que quiera colaborar con el proyecto interesadamente sera bienvenido y remunerado. Para aclarar este ultimo punto, el diseño, los servidores, el dominio, etc han salido de mi dinero, así que deberé primero amortizar todo para comenzar a poder compartir las ganancias, en su mayoría de publicidad, por lo que sera importante generar contenidos cuanto antes mejor.

¿Significa esto que los que pretendan ayudar trabajaran por la cara? No, directamente cobraran en especies. Es decir, quedándose en propiedad todos los discos que le sean enviados para reseñar, o recibiendo las entradas y los pases de prensa para asistir a conciertos y festivales como miembro de la web, y posiblemente hacer alguna que otra entrevista.

Todo aquel que quiera ayudar desinteresadamente, ya sea porque simplemente quiere echar un cable, le hace gracia la idea, quiere que su nombre aparezca en internet, o me quiere agradecer estos meses de subidas de discos sera igual de bienvenido.

¿Que estoy buscando? Cualquier cosa. Ilustradores, diseñadores, redactores, correctores, traductores, fotógrafos, músicos, etc. Si estas interesado en participar de cualquiera de las maneras ponte en contacto conmigo en vanishingpointmedia@gmail.com o deja un comentario aquí y yo intentare localizarte.

La revista debe moverse en otro ámbito más dinámico que el blog, asi que en su mayoría trataremos novedades y noticias, pero siempre habrá hueco para reediciones, artículos, listas, etc. Cualquier idea que tengas y quieras publicar tiene su lugar.

Por ultimo decir, que este proyecto sigue adelante, 45yomusic no se quedara estancando, y seguiré con mi interminable viaje de estos 45 últimos años de música. Puede que el ritmo sea algo más intermitente todavía, pero bueno, creo que merecerá la pena. Os dejo un enlace a la web, todavía en estado de beta y sin casi nada definitivo, pero para que os hagáis una idea de por donde van a ir los tiros. Un saludo a todos, os espero.

http://www.vanishingpoint.es

viernes, 31 de agosto de 2012

Aretha Franklin - Lady Soul (1968)

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Dicen que el problema es que no eran composiciones suyas. Dicen que el problema es que I Never Loved a Man the Way I Love You era mejor disco. Dicen que el problema es que Aretha Franklin solo pensaba en llenar el disco de éxitos. Yo digo, ¿cuando estas cosas se convirtieron en un inconveniente?

La dama del soul regala aquí la que posiblemente sea su mejor interpretación vocal, un repaso a lo más profundo que una voz negra podía ofrecer. Con ''Chain of Fools'' y su acercamiento al R&B encontramos unos inspirados coros y a una Aretha pletórica en una de las mejores canciones que llegó a grabar.

Los éxitos, singles y pelotazos en general se van produciendo por todo el disco sin parar. La bailable ''Since You've Been Gone (Sweet Sweet Baby)'' con una instrumentación que el propio Otis Redding firmaría sin pensar, o las verdaderas joyas de soul sureños como ''People Get Ready'' de Curtis Mayfield o ''(You Make Me Feel Like) A Natural Woman''.

A cada tema un sobresalto, no sabes si tocara disfrutar de unos coros, si sacar las caderas a pasear o preparar los pañuelos para las lagrimas. Para mi lo mejor que grabó en su dilatadisima carrera, que siendo quien es ella, no es poco y sí algo muy a tener en cuenta.

Durante la etapa que comprende la recta final de los sesenta cada disco suyo era una pequeña joya, pero este siempre ha tenido algo de especial. Siempre ha sido el verdadero alma de la reina.

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viernes, 17 de agosto de 2012

Big Brother & The Holding Company - Cheap Thrills (1968)

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Pese a que toda la banda eran grandes músicos, lo que de verdad llamaba la atención era esa loca de pelo descuidado y voz descuajaringada por mil tragos. El eclipse sobre el grupo que se producía cada vez que Janis Joplin abría la boca era demasiado evidente como para ocultarlo. Asi que para este segundo disco se hizo lo más evidente, darle todo el protagonismo.

Su registro, perfecto para el blues y el soul, chocaba un poco con las ideas de acid y rock psicodelico que la banda perpetraba, sobre todo en unos directos que eran puro salvajismo. Una vez más el lugar común era San Francisco, y este disco una perfecta muestra de lo que eran capaces de lograr. El festival de Monterey Pop habia sido testigo poco antes de ello.

Con la enésima versión de ''Summertime'' o los nueve minutos de ''Ball and Chain'' se ve el recorrido, del blues, del sentimiento y de la energía que desprendían. Una época esta muy dada a estos falsos directos, donde los grupos que eran bestias de escenario no eran capaces de soportar los grilletes de un estudio.

Dos clásicos del repertorio de la banda como "Combination of the Two" y el segundo corte ''I Need a Man to Love" demostraban la habilidad en la composición de Joplin y sus compañeros. El disco fue un éxito total, y la banda recibió todos los reconocimientos que otros no podían ni soñar. En cierto modo fue el principio del fin.

Poco a poco las discrepancias fueron mayores, y nunca se sabrá si fueron las envidias o la incompatibilidad musical, pero la buena de Janis decidió abandonar el nido y volar en solitario. La huella que dejo el disco es solo el reflejo de una voz que había nacido para el rock, una mujer única que incluso en el disco en el que era una pieza  más del engranaje acaba siendo ella el motor principal.

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jueves, 16 de agosto de 2012

Blue Cheer - Vincebus Eruptum (1968)

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Como si fuese una cuenta atrás invisible, que se palpaba en el ambiente pero nadie se atrevía a comentar en voz alta, el tiempo pasaba inexorable y la pregunta seguía en el aire. ¿A quien le tocara ser el villano del rock and roll? Alguien debía comenzar la revolución tarde o temprano.

La sátira ya había llegado con Frank Zappa y sucedáneos, el frikismo y la buena música ya llevaban unidos mucho tiempo, acabar con el hippismo de manera inteligente no era lo suficiente violento. Puede que The Velvet Underground lo intentasen de una manera más densa, pero a nadie se les escapaban las melodías detrás de las violas eléctricas.

Se pedía más, se pedía un Jimi Hendrix sucio, lleno de barro, pero necesitaban que fuese mortal, no como el negro. Se buscaba el sonido de Detroit años antes, se buscaba el hard rock en su expresión mas baja, un blues que marcase los inicios del stoner y del heavy. Finalmente se les encontro en San Francisco, a tan solo 4000 km.

Blue Cheer tuvieron que ser los malos de la película, coger ''Summertime Blues'' de Eddie Cochran y hacerle un lavado de cara  a base de distorsiones, pedales, baterías apocalípticas y riffs de guitarra. Estan grupos de pre, grupos de proto, y luego Blue Cheer. Más que visionarios, temerarios. 

Amplificadores destrozados, melodías desérticas, como si el blues hubiese nacido en medio de Arizona, gritos al vacío en ''Out Of Focus'' sabiendo que nadie les iba a escuchar, y que el que lo hiciese se taparía los oídos. Rellenar con solos de guitarra, las carencias son para los fracasados.

Todo esto y más se encuentra en el debut de Blue Cheer, un álbum que alguien debía sacar alguna vez, pero que nadie se atrevía ni a plantearse. Seis cortes que podían ser doce, o simplemente tres. Que mas da, nadie estaba ahí para hacer historia, solo ruido.

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miércoles, 15 de agosto de 2012

The Byrds - Sweetheart of the Rodeo (1968)

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Las formaciones en The Byrds no eran precisamente las más duraderas de la historia del rock. Tan pronto se cambiaban dos o tres miembros, el grupo daba un giro de 180º y se reinventaba a si miso. Pioneros de la psicodelia en su momento, y con discos de rock y folk llenos de versiones de Bob Dylan, el eclecticismo de su discografía estaba ya más que demostrado.

En esta ocasión no fue la marcha de Gene Clark y el despido de David Crosby (bueno, al menos no de manera directa, aunque sí indirecta) la que marcó el devenir de la banda, sino más bien el fichaje estrella de su nuevo guitarrista y pianista, Gram Parsons.

La idea que Parsons traía en al cabeza revolucionaria para siempre el country. Aunque previamente a él, su idolatrado Dylan ya había arriesgado (como si esta palabra estuviera en su vocabulario) con la mezcla de country y rock, el verdadero exito tanto comercial como de critica y los primeros usos de la etiqueta se verían eternamente ligados a este disco. Incluso más tarde con The Flying Burrito Brothers su papel seria igual de importante a la hora de sentar los cimientos del genero.

Su llegada e influencia fue máxima y una vez más The Byrds se amoldan al nuevo concepto y sacan un grandioso disco. En una orgía de banjos, mandolinas, y pedal steel guitar (posiblemente uno de los instrumentos más cojonudos de la historia junto al cencerro y la armónica) se repasan versiones de Dylan como "You Ain't Goin' Nowhere" o clásicos tradicionales como ''I Am a Pilgrim''.

Las letras, hablando de dios, prismas tradicionales, vida de campo y hillbilly y bluegrass derramado por todos lados, hacen del disco una experiencia bastante blanda a oídos experimentados. Maravillosas todas las canciones, pero inocentes como ellas solas. Revolucionaras sí, pero con un sabor tan tan autentico a raíces que hace muy difícil su degustación sin sombrero de cowboy.

Desde el titulo del disco a la portada, que a mi juicio son ambos posiblemente de los mejores de toda la década, se puede ver que el contenido del álbum no esconde nada. Solo belleza e inspiración, nada más. O nada menos.

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martes, 14 de agosto de 2012

Johnny Cash - At Folsom Prison (1968)

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He asesinado. Maté a un tipo con mis propias manos. Las puse alrededor de su cuello y apreté hasta que sus ojos se pusieron blancos. Si me había hecho algo o no para merecer ese castigo me daba igual. Era la ira y la frustración lo que me movía, alguien debía pagar. Voy ya a por mi quinto año de reclusión. Me quedan otros quince. No importa, hoy es el día más feliz en mucho tiempo.

No veo a mi mujer en todo este tiempo, y con ella a ninguno de mis cuatro hijos. ¿Qué pensaran de su padre? ¿Me odiaran? Eran muy pequeños. Es posible que mi señora se lo haya ocultado todo. No teníamos ni para comer, de alguna manera tenia que alimentar esas bocas. Yo se que el buen señor me perdonara. Todos los días le rezo, por el y por todos los hermanos en la misma situación que yo. Pero todo eso no importa ahora, hoy es el día más feliz en mucho tiempo.

No he podido ponerme un traje demasiado elegante. Ni tan siquiera he podido ponerme un traje. Nervioso como si fuese una cita con la mujer más bella del mundo. Como si me jugase mi vida a un todo o nada. Las manos me sudan. He tenido muchísima suerte con la invitación, estoy deseando que llegue el momento. Llevo toda la semana comiéndome las uñas y sin poder pegar ojo. Ahora eso ya no importa, hoy es el día más feliz en mucho tiempo.

Los apestados de la sociedad no lo tenemos tan fácil, mi vida fuera no era tan distinta. Antes incluso comía menos y dormía con más frío. Antes robaba piezas de automóviles, ahora he aprendido a arreglarlos. Puede que Dios haya intervenido para que todo esto me haga merecedor de la vida que se me ha regalado. Supongo que despues de todo gracias, hoy es el día más feliz en mucho tiempo.

Hoy es el día más feliz en mucho tiempo, porque Johnny Cash viene a tocar a mi prisión. Y ahí estaré yo. En primera fila. Disfrutando.

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lunes, 13 de agosto de 2012

Dr. John - Gris-Gris (1968)

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Dr. John, iniciado en el rock y el jazz en su ciudad natal, Nueva Orleans, convirtió también la psicodelia de la parte final de los años 60 en otra seña de identidad más de su blues. Con aire de ritual africano y de voodoo, pero a su vez con esencias del R&B y del jazz negro de la ciudad, Dr. John nos arrastra en su viaje a través de las orillas del Missisipi, donde las tortuosas ramas cargadas de líquenes de los robles centenarios conforman un ambiente fantasmal.

La idea era un LP conceptual sobre la figura del Dr. John Creaux, sacerdote vudú de New Orleans, la ciudad natal de Rebennack, aunando el crisol de sonidos que habitaban en esa ciudad sureña, desde blues o jazz hasta los de las ceremonias de los esclavos.

No olvidemos que en esta ciudad colonial es probablemente donde mayor mezcla cultural hay de todo el país, con una síntesis de culturas europea (especialmente francesa), africana y la propia americana, destacando su famoso carnaval, el Mardigras, su clima cálido y extremadamente húmedo, el río Mississipi, el Dixie Jazz o los desfiles de las bandas callejeras. A través de todo ello viaja este disco.

Todas y cada una de las canciones suenan tribales, asfixiantes, pantanosas y contienen una visible etiqueta en la que pone ''cuidado, no escuchar después de medianoche''. Un riesgo enorme para un disco debut, pero que ha quedado como una pequeña joya, un oasis del blues, un blanco demostrando todas sus raices de una manera casi enfermiza.

La propia figura del Dr. John, ataviado con sus plumas y su folclore, no hace más que añadir tensión y muchas veces pareces escuchar una banda sonora que un álbum al uso. Una autentica rareza, que ni él ni nadie podría volver a repetir, un viaje tanto lisergico como espiritual hasta lo más profundo del ser humano y su unión con la música.

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martes, 5 de junio de 2012

Frank Zappa - We're Only in It for the Money (1968)


La cima creativa de The Mothers of Invention es sin duda alguna este disco, posiblemente el más aclamado y más trabajado de todos. Un Frank Zappa en estado de gracia. Comparado muchas veces erróneamente con el Sgt. Pepper de The Beatles en cuanto a musicalidad y punto álgido de ambas bandas, sí que es verdad que comparte otros muchos puntos con el disco de los de Liverpool, como el trabajo intensivo en agotadoras sesiones de grabación, un cuidado con la ingeniería de sonido al limite de lo paranoico y como no, la famosa portada interior mofándose de la de los ingleses.

Aquí se encuentra toda la esencia Zappa junta. Hablamos de innovación, parodia, concepto, frikismo, complejidad, disparates y demás. Para mi gusto, incluso demasiado arriesgado en cuanto a concepto. Su valor y su valentía no se le supone, esta totalmente reconocida, pero creo que se tiende a levantar demasiado polvo sobre su visión del progresivo y no se es totalmente consciente de los aspectos musicales.

Al contrario que en sus dos primeros discos, donde las majaderías y los temas de estructuras más clásicas se iban alternando, siendo estos primeros bastante más fumables que aquí, en este álbum ambas cosas ya están totalmente fusionadas, quitando un poco esa sensación de montaña rusa, pero obligando ahora a comulgar desde el minuto uno con la locura reinante. Una tema fabuloso que no acaba de engancharte por que la letra son gritos y ruidos, Eric Clapton cortando el rollo mientras hace preguntas en bucle, riffs y solos escondidos entre postproducción e inventos de estudio, etc.

Supongo que en el universo Zappa, donde la sátira es el pan nuestro de cada día, este dadaísmo es aplaudido por todos, pero a veces cuesta mucho entrar en el juego. La verdad que cuando la evidencia es tan clara, es imposible apartar la cara (en este caso los oídos) y no pensar en el álbum como otra victoria del bigotudo sobre el hippismo y las pobres mentes mortales que disfrutan simplemente de estribillos pegadizos.

Para mi es su propia discografía la dictamina la linea separatoria, los que adoren al Frank marciano y sus experimentos, caerá rendido ante semejante obra, pero aquel que busque al Zappa músico, al obseso de las partituras y la perfección, puede que hasta la llegada de Hot Rats no encuentre el estimulo necesario para disfrutar de We're Only in It for the Money en su plenitud.

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jueves, 17 de mayo de 2012

Silver Apples - Silver Apples (1968)


El acercamiento definitivo entre los flirteos con instrumentos electrónicos de algunos compositores de vanguardia y la psicodelia, que llenaba el globo terráqueo musical en aquel momento, no se haría esperar mucho más. Desde la música noise e industrial de Luigi Russolo en 1910, hasta Raymond Scott mucho se había experimentado, pero pocas veces en la misma clave de rock que Silver Apples.

Con una estructura similar a lo que una banda 'clásica' podría ofrecer, el duo formado por Simeon y Danny Taylor (el duo, un tipo de formación que se repetirá infinitas veces a lo largo de la historia de la electrónica) hace una revisión a base de loops de batería y sintetizadores, que es la muestra más ácida posible de esa especie de rock espacial que dominaba algunas mentes como las de Syd Barret o a los miembros de The United States of America.

La mayor traba hasta entonces, es que posiblemente se creía en el concepto pero no en el resultado. Silver Apples llevaron la idea a otro nivel, donde no se basaba en hacer rock sin instrumentos clásicos del rock, sino en hacer música sin instrumentos al uso. Ese pequeño matiz es el que les llevo a poder llegar un poco más lejos que el resto. Una visión de la música electrónica como genero nuevo, y no como un apartado especialmente raro del rock.

En ciertos momentos minimalistas, la música que crearon en 1968 cumple casi todos los clichés que han perdurado. Bases repetitivas, cambios drásticos de ritmo y una ausencia total de estructuras pop,  aunque los lineas de voz están inevitablemente ligadas a la época. Su absoluto desprecio por lo establecido se traslada a un proto-kraut que deja los pilares básicos bastante bien dibujados.

En cuanto a las listas de canciones, que entre todas suman poco más de media hora, encontramos cosas como ''Oscillations'' o ''Dancing Gods'', canciones increíblemente primitivas en concepto e instrumentación, sonando casi tribales. El trabajo de abstracción absoluto para crear lo más básico con lo más avanzado es tremendo, demostrando ser un grupo no solo muy adelantado a la época, sino fuera de cualquier corriente.

El abuso (y disfrute) de drogas y su ascendencia norteamericana les deja una herencia difícil de despegar, así que ''Dust'' o ''Program'' y ese truco tan manido de sintonizar frecuencias, tienen el típico sabor USA cuando se ponían a experimentar, osea, hacer ruido. Ademas ''Whirly-Bird'' cuenta con una de las reglas no escritas del rock pero que cualquiera debe saber en la vida: 'Si una canción tiene un cencerro como instrumento, es un buen tema seguro''.

Un autentico objeto de culto, uno de esos discos que establecen nuevas reglas y que todo aquel que oye montaba un grupo. Pioneros y maestros es una combinación que pocas veces se cumple, pero que cuando se da más os vale tener cerca un sitio donde sentaros. El momento idóneo en el lugar idóneo, un golpe en la mesa gracias a uno de suerte.

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martes, 1 de mayo de 2012

Soft Machine - The Soft Machine (1968)


Con varios de los padres del llamado rock progresivo dando a luz sus óperas primas, se podría decir que este año fue el comienzo del genero. Uno de los movimientos más interesantes, en cuanto a nivel de revolución pero sobre todo de calidad, fue la llamada 'escena de Canterbury', y con el debut de Soft Machine se puso todo en marcha.

Lo que marcaba a las bandas englobadas en este movimiento, ademas de evidentemente la localización geográfica, era un gusto bastante marcado por el jazz, que aunque en mayor o menor medida siempre ha estado presente en el rock progresivo, sí que en estos grupos era bastante más claro de lo habitual. Podría empezar a hablarse ya de una fusión casi total entre rock y jazz, aunque de una manera todavía superficial.

Las drogas, y sobre todo los últimos coletazos de las revoluciones sociales y la contracultura (sin ir más lejos el nombre de la banda viene de la famosa novela de William Burroughs, una de mis favoritas) propiciaban este tipo de acercamientos. La psicodelia seguía muy marcada, y se podían notar perfectamente que todos bebían de una manera u otra de Pink Floyd, que tras su debut espacial dejo un poso imborrable en casi todos los grupos británicos.

Las composiciones de Kevin Ayers con sus cuerdas y su voz son increíbles, y la parte más rock del álbum, por ejemplo la pequeña 'suite' que conforman las dos piezas de ''Hope For Happiness'' y ''Joy Of A Toy'' que abren el disco. Por su parte Robert Wyatt (que más tarde, tristemente, se caería por una ventana y acabaría en una silla de ruedas diciendo adiós para siempre a su bateria) representaba ese toque 'Canterbury', sus ritmos de jazz, ademas de su voz, se convertirían en un sello de calidad en toda su carrera, mostrando sus habilidades en algunas instrumentales como ''Priscilla'' o ''Plus Belle Qu'une Poubelle''.
 
El conjunto final es un disco tremendamente bien estructurado, con todas las canciones entrelazadas a las mil maravillas y que no se resiente ni un segundo como una obra completa en su conjunto. Ademas de ello todas las pistas son de una calidad altísima, aunque que nadie espere singles o canciones sueltas para pasar días enteros reproduciendolas. Aquí el todo prima por encima de la parte y el resultado es genial, ademas de bastante ruidoso, lo cual es siempre un punto a favor.

Este tipo de escenas localizadas por poblaciones suelen darse mucho durante la historia del rock, pero no por comunes resultan menos impresionantes. Casi todo publicado por esta gente tiene un nivel altísimo y todas las bandas que se formaron tanto a su alrededor, como la de sus propios miembros en otros proyectos, merecen mucho la pena. Había talento de sobra y con este álbum empezaron a demostrarlo.


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lunes, 23 de abril de 2012

Cream - Wheels of Fire (1968)


Casi tan imborrables en la memoria colectiva como aquella pintada en el subterraneo de Londres, el famoso grafiti de 'Clapton is God', permanecen los riffs que Eric Clapton logró en su etapa Cream. Por aquel entonces la banda ya era lo más grande que se podía escuchar sobre un escenario y en este disco, casi de despedida, querían demostrarlo.

Cream ya era un supergrupo con básicamente los mejores músicos posibles a sus respectivos instrumentos, porque el virtuosismo a la guitarra de Clapton es fácilmente reconocible, pero también Jack Bruce consiguió su sueño de ser el bajista mas aterrador y ruidoso del globo, al igual que Ginger Baker, el cual ya era un reconocido músico de jazz, se ganó su respectivo titulo de campeón en la batería. La corta carrera del grupo se debe a esto, su bendición y maldición a la vez. Un grupo rebosante de talento, pero lleno de luchas de egos.

Aunque ya venían de dar al mundo el enorme 'Disraeli Gears', ellos sabían que su poder real se basaba en el directo. Solo Jimi Hendrix y algún otro loco se habían atrevido a plasmar realmente el poder de los conciertos en un álbum, llenarlo de solos de guitarra y pasajes instrumentales, siendo imposible radiarlos y haciendo canciones de una duración muy alta. Grupos como Yardbirds o Cream vivían encorsetados bajo las discográficas (y la temprana edad del rock & roll) y sus discos nunca eran tan salvajes como el grupo realmente sí era.

En esto les ayudaba muchísimo el ser un grupo con unas bases muy fuertes en el jazz, pese a ser unos bluseros después de todo. Sus actuaciones se basaban en larguísimas improvisaciones de todos los miembros, sin longitud exacta nunca, respetando los tiempos de cada uno y viviendo en continuas jams jazzísticas que te llevaban al éxtasis.

En el primer disco encontramos una continuación de lo que había sido su blues psicodelico, con clásicos como ''White Room'' y su reconocible riff. Durante las dos caras nos encontramos un LP mucho más blusero que sus otros trabajos, lleno de matices lisergicos y dejándose llevar totalmente. Y a partir del segundo vinilo es donde se rompen las cadenas por fin y nos presentan cuatro temas en directo (dos de ellos se van de los 15 minutos) donde estalla la locura. Típico momento de poner el volumen al máximo y simplemente transportarte al Fillmore West.

Una vez más habían tenido que venir unos chavales británicos, blancos, y robar el blues para enseñar a los americanos como se hacia. Lastima que fuese tan tarde y a ultima hora.

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lunes, 16 de abril de 2012

Nico - The Marble Index (1968)


La carrera de Nico siempre iba ligada, para bien o para mal, a otros nombres. Si primero fue Andy Warhol y más tarde The Velvet Underground, tras un primer disco lleno de colaboraciones de Lou Reed y las locuras de John Cale, todavía no se podía decir que la alemana se había emancipado.

Aquí toma las riendas ella misma y por primera vez se intenta destapar como artista completa, componiendo todas las canciones y adoptando un rol de control total. Durante los poco más de media hora que dura el álbum (se nota que ya no hay violas alargadas a los ocho minutos) la angustia junto al misticismo siniestro y gótico de Nico se mantienen intactos.

Encontramos un disco un poco menos ruidoso que el anterior y algo más atmosférico, pero sin perder contundencia. En este se consigue mucho mejor ese sonido misterioso, un poco psicótico en cosas como el piano de ''Facing The Wind'' pero llevado de una manera mucho más limpia que en el debut.

En algunos momentos sí se echa de menos la deconstrucción sonora a la que llevaron Chelsea Girl, pero es de agradecer que Nico tomara la decisión de enseñar la otra cara de la moneda. Tampoco hay que tomarse esto muy literal, porque ''Ari's Song'' sigue estando más cerca del sonido de la bicicleta del afilador del pueblo que de cualquier canción folk que intente imitar, pero si que se nota un bajón de revoluciones y algo más de tranquilidad, al menos la tranquilidad que se puede permitir alguien que ha trabajado codo con codo en la Factory.

Con cosas como ''Frozen Warnings'', un minimalista acercamiento al drone se muestran pinceladas de evolución, aunque el punto fuerte siguen siendo las marcianadas en plan ''Evening Of Light''. Pocos sonidos sesenteros me vienen a la cabeza más personales y destructivos que los de ella, un trabajo increíble para cualquier amante del noise en su estado más primitivo.

Y su voz, una vez más, no deja en buen lugar a su logopeda, pero al menos ha cambiado los 'littler bird' por 'little boy' y nosotros la queremos por cosas como estas.

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lunes, 12 de marzo de 2012

The United States of America - The United States of America (1968)


Un solo disco publicado puede ser suficiente para hacer historia. Eso es lo que debieron de pensar los miembros de The United States of America en aquel 1968 psicodelico, cuando decidieron hacer un disco de rock ácido de una manera que todavía nadie había probado. Un álbum sin guitarras.

¿Que podía ocupar ese hueco? Joseph Byrd lo tenia claro desde el primer momento, había que probar con la electrónica, ahí estaba el futuro. Armado con todos los aparatos que encontraba a su paso (entre ellos un calíope, sintetizadores, moduladores de anillo, y cualquier suerte de instrumento con teclado que caía en sus manos) estaba convencido de que podía crear un álbum entero sin recurrir a las seis cuerdas.

La fuerza de la música, por tanto, recaía en la unión de todos esos efectos y atmósferas. Con el sonido del bajo asumiendo la primera linea, eran los violines o la voz de Dorothy Moskowitz los que tomaban el protagonismo. La voz de ella recuerda inevitablemente a Grace Slick, pero concuerda perfectamente con el sonido puramente Jefferson Airplane de temas como ''Hard Coming Love'' o ''The Garden Of Earthly Delights''.

Pese a la vitola de pioneros de la música electrónica, el disco cuenta con pocas canciones con un aspecto puramente robotico, al contrario que contemporáneos como Silver Apples, aquí es más una excusa para experimentar que un pilar básico sobre el cual nace todo. Es en las secciones más relajadas como ''Where Is Yesterday'' y ''Love Song For The Dead Che'' donde se puede apreciar mejor ese trabajo electrónico, lejos de la locura LSD que puebla el disco.

Entre intentos de los The Beatles más blancos, ''Stranded In Time'', y los de la etapa Sgt. Pepper, ''The American Way Of Love'', se cubre el cupo de elementos que construyen la obra maestra de este grupo. Probablemente el disco más avanzado de la psicodelia dentro del avant-garde, y una joya oculta e infravalorada desde su publicación.

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martes, 28 de febrero de 2012

Simon & Garfunkel - Bookends (1968)


El latigazo de sintetizador al principio de ''Save The Life Of My Child'' parece ser su propia manera, como hizo Bob Dylan en Highway 61 Revisited, de despertar al oyente de su letargo y avisar de que lo que va a escuchar es algo totalmente nuevo y que hay que tener los oídos bien abiertos. Tan abiertos que incluso se puede escuchar de fondo ''The Sound of Silence'' siendo tapado por un coro gospel, una buena forma de demostrar que el pasado se esta enterrando.

La primera cara, abierta y cerrada por ''Bookends Theme'', contiene por ejemplo la genial ''America'', uno de sus mejores retratos narrativos, o la también ejemplar (y orquestal) ''Old Friends'', uno de sus trabajos más finos en cuanto a selección instrumental.

En el otro lado del LP encontramos las trompetas del Forever Changes en ''Fakin' It'', con un bajo también muy Love, que dan paso a ''Punky's Dilemma'' y sus tarareables silbidos. Sinceramente, hasta aquí el disco ya contiene suficiente cantidad de buenas canciones, estructuras atrevidas y letras genial que se puede considerar ya como un gran éxito y un paso adelante, pero justo cuando esperas escuchar su siguiente intento de folk de vanguardia te saltan con ''Mrs. Robinson''.

Siendo un disco bastante atrevido (todo lo que se permitían ellos mismos) de pronto te encuentras que el hit del álbum es esta maravilla de acordes sencillos y efectivos, versionada hasta el infinito, que incluso tuvo su cuota de popularidad en la gran pantalla.

Un disco más cohesionado que su predecesor, que con ''At The Zoo'' tiene un cierre perfecto. Seria su ultimo disco de la década, y su legado permanece todavía hoy maravillando. Muchas veces, al escuchar ''Old Friends'' no puedo evitar en pensar que esos dos amigos, esos dos sujetalibros en un banco del parque, es imposible que fueran Simon & Garfunkel. Tenían demasiado que vivir, como para simplemente esperar a ser viejos.

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lunes, 20 de febrero de 2012

Pink Floyd - A Saucerful of Secrets (1968)


En la forzada etapa de transición entre Syd Barret y el binomio de Roger Waters y el debutante David Gilmoure se encuentra esta pieza de la historia. Único álbum de la banda donde, de una manera u otra, los cinco trabajan en alguna de sus piezas. El largo peregrinaje desde la marcha (en todos sentidos) de su hasta entonces líder hasta que la banda volvió a encontrarse a si misma comienza aquí.

La psicodelia y el rock espacial de Barret, incluidas sus referencias al cosmos, dejan paso ahora a un Waters compositor mucho más preocupado por las atmósferas y la oscuridad que por el abrasivo sonido de su debut. El problema es que no todos estaban preparados todavía para el cambio y el popurri es bastante extraño.

Por ejemplo el inicio de ''Let There Be More Light'', no tiene casi ninguna conexión con el pasaje intermedio, y mucho menos con el sonido de guitarra tan personal que ha tenido siempre Gilmoure al final de la canción. En lugar de conseguir una estructura compleja con cambios de ritmo más bien parecen tres canciones pegadas unidas a la fuerza.

¿Y que me decís de los sonidillos de chirigota en ''Corporal Clegg''? Como si no tuvieramos ya suficiente con aguantarlos sobre estas mismas fechas. Tres cuartos de lo mismo con la ultima canción, a la postre ultimo legado de Barret, ''Jugband Blues'' donde se da rienda suelta a un 'todo vale' que rompe totalmente el conjunto. Por cierto, un poquito de plagio al ''Being For The Benefit Of Mr. Kite!'' de The Beatles en ''See-Saw''.

Puede que la idea principal no sea mala, y desde luego aunque parezca raro, un disco lleno de pistas como la enorme (tanto en calidad como en duración) ''A Saucerful of Secrets'' habría sido muy espectacular, pero esas medias tintas y esa sensación de haber cogido canciones de aquí y de allí se hace tan evidente que rompe totalmente el ambiente y el tono general que se trata de inculcar.

Hasta ya empezada la siguiente década (Meddle, me atrevería a decir) sus discos eran usados por ellos mismos como pruebas y ensayos, hasta que una vez asentadas las bases de los nuevos Pink Floyd se comienza la gloriosa etapa progresiva. Aun quedaba mucho camino por recorrer.

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miércoles, 15 de febrero de 2012

The Pretty Things - S.F. Sorrow (1968)


Decían del álbum 'Who's Next', de The Who, que su calidad era tal que en realidad era un 'grandes éxitos' camuflado. Que en el mismo disco se recorría toda su discografía, todas sus ideas y que todas las canciones eran enormes. En su cuarto LP, The Pretty Things parecían ir un poco más lejos todavía con esta idea, y grababan lo que podría pasar perfectamente por un un recopilatorio de lo mejor de los sesenta.

Bajo la idea de crear la primera opera rock de todos tiempos, nacía, literalmente, S.F. Sorrow. Y digo literalmente porque ese es el nombre del protagonista de la historia conceptual que rodea todo, el cual viene al mundo en el primer surco del disco, ''S.F. Sorrow Is Born'', muy en el estilo de los propios The Who. A partir de ahí se nos cuenta la historia del protagonista a través de sus desoladoras vivencias.

En ''Bracelets of Fingers'', basada en su etapa adolescente y los cambios que genera su cuerpo (ejem), se presenta el primer tema indiscutible. Una original estructura que representa a la perfección esa agonía de los jóvenes, tan pronto hundidos como con ganas de comerse el mundo, y que se refleja en unos estribillos psicodelicos increíbles con unas letras insuperables. Lo de esta canción es magia pura, nunca un periodo refractario dio para tanto.

El primer amor en ''She Says Good Morning'' (probablemente la más cercana de todas a The Beatles, y eso que hay donde elegir) y su mayoría de edad haciendo el servicio militar en vete a saber que guerra durante ''Private Sorrow'', otro brual tema con una misteriosa outro que nos transporta directamente a la siguiente canción.

Antes de eso, y aprovechando que la canción es un claro ejemplo de precisión y perfección técnica en el estudio, hay que alabar a la mente detrás de todo esto, al genio de Norman Smith. Si su trabajo con el debut de Pink Floyd ya parecía de otro mundo, con este llego hasta el techo que la tecnología le permitía, dejando a años luz cualquier otro intento del resto de gurús por alcanzar la perfección sonora. Ningún disco, ni uno solo en toda la década, suena mejor que este álbum.

Siguiendo el camino que habíamos dejado, aparece una de las canciones más hipnotizantes y agresivas, ''Balloon Burning''. El contexto de un dirigible en llamas arrasando a todos sus pasajeros y llevándose todas las vidas que encuentre por delante, esta perfectamente plasmado en el enfermizo riff de Dick Taylor, que te taladra durante los cuatro minutos.

De ahí en adelante hay que olvidar el rock y asistir a la etérea ''Death'', con sus largos pasajes de sitar, un sonido primitivo, casi tribal en la batería, y una letra evocadora. No es menos lejana y sugerente ''Baron Saturday'', donde entre congas, el reparto de voces de varios miembros con Phil May y las maracas uno sale automáticamente colocado.

Mientras el protagonista del cuento se va descubriendo a si mismo en ''The Journey'' y ''I See You'', el oyente va descubriendo a los nuevos Pretty Things. Un grupo bastante limitado de R&B que de pronto, como poseídos por un espíritu, se transforman en los dioses del rock. La breve ''Well of Destiny'' (la mayor obra de ingeniería del disco, pero sin ningún valor real en lo musical) cierra el circulo de locura, y es el punto donde S.F Sorrow pierde la cordura mental. ¿A alguien le suena algo sobre un mudo, sordo y algo tonto Tommy o a Pink en The Wall? Correcto.

''Trust'', que parece una revisión del segundo tema, puede pasar como la canción más floja para mi gusto, pero se entiende como el pasaje necesario hasta ''Old Man Going'', una oda a la guitarra eléctrica con una tensión permanente, un solo glorioso y unas voces desquiciadas para cerrar la etapa final de la vida del héroe.

Nuestro amigo Sebastian F. Sorrow parece entender finalmente su destino en ''Loneliest Person'', su desesperación ha acabado con él. Pero haciendo honor a su apellido una vez más, la definitiva, se niega a aceptarlo, y con resignación agarra su guitarra acústica y canta aquello de 'You might be the loneliest person in the world''. Un brevisimo cierre de apenas algo más de un minuto, como un suspiro, para poner el broche de oro a tan tremenda obra.

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lunes, 13 de febrero de 2012

The Byrds - The Notorious Byrd Brothers (1968)


Un nuevo lanzamiento de The Byrds solía traer consigo varios cambios en el grupo. Uno de ellos era, casi siempre, una revisión de su estilo. A veces con ligeros matices, y otras con cambios drásticos como el de su primera grabación a la psicodelia, o el de este al country. Otro cambio que solía ocurrir era la rotación de sus miembros como principales compositores, y dependiendo de quien fuera el que llevara la voz cantante, ir hacia una orilla u otra.

En esta ocasión fue la marcha de David Crosby la que removió, una vez más, los cimientos de la banda. Aunque esto causó bastante problemas a la hora de seleccionar las canciones que incluía el álbum, al final bastante material como ''Draft Morning'' fue usado, mientras que otro se perdió y acabo en manos de otras bandas como Jefferson Airplane o en un cajón olvidado. Su perdida para la causa fue reemplazada por la vuelta de Gene Clark (recordemos que abandonó el grupo por su miedo a viajar en avión) que duró más o menos las semanas de grabación del disco, ya que se volvió a marchar a la conclusión de este, alegando las mismas causas.

Pese a lo que pueda parecer, The Notorius Byrd Brothers es el álbum más cohesionado y coherente que habían grabado en años, siendo todas las canciones de una calidad similar (muy alta) y sin los altibajos de los últimos discos. Sin llegar a sus cotas de psicodelia en Fifth Dimension, sí que volvían a intentar amagar con ese sonido que intentaron en Younger Than Yesterday, sin ningún acierto bajo mi punto de vista.

Los sonidos futuristas casi metidos con calzador de aquel lanzamiento dejan ahora paso a un uso moderador e inteligente de pedales de flanger y phaser (el resultado en ''Old John Robertson'' es genial), y se vuelve a intentar usar sintetizadores y efectos de estudio, pero esta vez con verdadero sentido estético. El resultado final es una producción maravillosa, que no hace envejecer al disco ni un ápice, justo al contrario que sus discos anteriores. Una autentica joya en ese aspecto, que por fin les da la tan ansiada aura ''espacial'' que querían, sin tener que recurrir a voces alienigenas ni sonidos de láser.

Como comentaba, un acierto total la vuelta a la psicodelia sin abandonar el folk rock que tan famosos los habían hecho. Las melodías vocales y los coros igual de inspiradores que siempre, su seña de identidad más clara a estas alturas, hacen el trabajo perfecto en contraposición a los miles de efectos extras que acompañan a todas las canciones, y al final el resultado es mucho más serio de lo que todos esperaban.

Me atrevería a decir que sea posiblemente el trabajo más compacto y el mejor lanzamiento de la banda. Puede que la única pega que se le pudiera poner es su falta de éxitos para los charts (excluyendo quizás a ''Goin' Back''), esos singles que poblaban sus otros álbumes pese a ser luego todo el LP esa canción y poco más, pero aun así es un problema menor teniendo en cuenta la calidad del disco en conjunto, que es altísimo. Sinceramente, cuando se lo proponían, no tenían rival.

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