viernes, 23 de diciembre de 2011

Bob Dylan - John Wesley Harding (1967)



Tras la orgía eléctrica que habían sido los tres discos anteriores, Bob Dylan decide volver a sus raíces folk más tradicionales. Teniendo una familia con hijos, habiendo pasado de demonio del folk a mesías del rock en solo dos años, negándose a salir de gira durante cerca de dieciocho meses y metido en grabaciones casi clandestinas con The Band, parecía claro que ya no estábamos ante el mismo personaje que un día se levanto con ganas de cambiar el mundo con su música.

Esta vuelta a los orígenes nos trae un disco calmado, con canciones bastante reposadas y con una formación clásica en los instrumentos, apoyándose durante casi todo el repertorio unicamente en bajo y batería. Pese a que pueda parecer que el nivel de los discos anteriores no se pudo mantener, en esta grabación se encuentran varios momentos estelares en el aspecto musical, como por ejemplo ''As I Went Out One Morning'', y como siempre, tratándose de Dylan, también otros en los ámbitos de la cultura popular, como por ejemplo el titulo de ''The Ballad Of Frankie Lee And Judas Priest'' que sirvió como musa para nada menos que los, evidentemente, Judas Priest.

Otro gran momento de la historia de la música conseguido gracias a este álbum es el haber inspirado el que probablemente sea la mejor versión de la historia. Estoy hablando, como no, de Jimi Hendrix y su revisión del cuarto corte del LP, el clásico ''All Along The Watchtower''. Uno de esos momentos en que el creador de la canción debe aceptar que ha sido superado y doblegarse ante la magistral interpretación del rival. Solo se me ocurre otro caso similar y seria el de Johnny Cash y su visión de ''Hurt''.

Mientras los demás probaban la psicodelia y demás vanguardias, Dylan decide tocar algo de country. ¿Que todo el mundo esta intentando ser más y más épico y conseguir el sonido del rock progresivo? Pues él que esta acostumbrado a canciones de más de 10 minutos y discos dobles ahora va y se despacha en poco más de media hora. Y es que este hombre era así, no es que le gustase llevar la contraria e ir al revés del resto, sino que él tenia su propio camino.

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miércoles, 21 de diciembre de 2011

The Who - The Who Sell Out (1967)



Tras abandonar el garage rock de sus inicios, The Who se comenzaba a embarcar en la que seria su gran obsesión en la recta final de los sesenta y comienzo de los setenta, concebir un disco conceptual distinto a todo lo hecho hasta el momento. Ir un paso más allá y conseguir la primera opera rock. Aunque aun tardarían un poco más en llegar hasta ese punto, no cabe duda de que en este disco es donde pusieron la primera piedra.

La cohesión se consigue a través de una ficticia retransmisión de radio (en la misma portada podemos verles anunciando un desodorante, judías o pomadas), con canciones emulando los cortes publicitarios, como si de jingles se tratasen, y con continuos cortes y efectos de estudio por parte de Radio London. La verdad es que no llega a ser tan cargante como puede sonar, e incluso por ejemplo la canción que toma el nombre del desodorante, ''Odorono'', es un buen tema, en contraposición de la pomada ''Medac'' que son los cincuenta peores segundos del álbum.

Dejando a un lado la intención conceptual, el disco también incluye algunas composiciones bastante interesantes de la banda, como por ejemplo un clásico de su repertorio como ''I Can See For Miles'' o ''Tatto'', ambas pertenecientes a la fugaz etapa de jugueteo con sonidos psicodelicos. Mi favorita del disco de todos modos es ''Armenia City In The Sky'', que pese a no ser suya tampoco es una versión, ya que la canción fue compuesta expresamente para ser tocada por ellos.

Unos Who bastante desconocidos, en un álbum que no los representa del todo, o al menos no con lo que estamos acostumbrados de ellos, pero que sigue siendo un disco con bastante miga y entretenido, germen de lo que vendría después.

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martes, 20 de diciembre de 2011

Jimi Hendrix - Axis: Bold as Love (1967)



Entre su incontestable debut y su directamente abrumador tercer disco, se encuentra, casi en tierra de nadie, este segundo álbum del negro de Seattle. Sin llegar a ser tan blusero como el primero y sin llegar a las cotas superlativas de Electric Ladyland se encuentra este disco donde Jimi Hendrix dio rienda suelta a todas las ideas que aun le rondaban por la cabeza y donde quizá más participaron activamente los otros miembros de la Jimi Hendrix Experience, siendo tanto Mitch Mitchell como Noel Redding requeridos hasta para los coros e incluso este ultimo cuela una de sus propias composiciones, ''She's So Fine'', cosa que parecería imposible si no llega a ser por la naturaleza pseudo-experimental del LP.

Ya desde el principio vemos que Jimi Hendrix se encuentra en una pequeña fase de investigación, más que con el sonido y su música, con las posibilidades que se van abriendo tanto en la producción como en la forma de entender el concepto de un álbum. Hace unos meses, cuando lanzo el Are You Experienced?, no se habria atrevido a colar una pista llena de ruido blanco como ''EXP'' para luego empalmar con un sonido tan jazz como ''Up from the Skies'' y ese pedal de Wah-Wah que le regaló Frank Zappa.

¿Heavy metal en ''Spanish Castle Magic''? Desde luego. ¿Noise en ''If 6 Was 9''? Esa outro lo dice todo. ¿Ha creado toda su discografía entera Lenny Kravitz con los seis primeros segundos de ''You Got Me Floatin'''? Sin duda.

Fue una decisión muy inteligente por parte de Hendrix el no intentar igualar el éxito y la calidad del debut (la cosa hubiese sido imposible) y haber intentado algo nuevo. Parece casi mágico que grupos como The Beatles o los americanos The Doors se permitiesen dos lanzamientos al año, incluso con cambios de estilo, pero al menos ellos tenían donde repartirse el trabajo.

Aquí hablamos de un tipo que se supo reinventar a si mismo cuando todo el mundo le hablaba de ser un dios, y que aun volvería hacerlo una vez más para crear una obra maestra al año siguiente. Un genio este Jimi.

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lunes, 19 de diciembre de 2011

Leonard Cohen - Songs of Leonard Cohen (1967)



El maestro Leonard Cohen impartió su ultima lección durante la entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2011, cuando en su discurso, al recibir el premio a las Letras, no tuvo ningún reparo en mencionar que hasta que no leyó las obras de Federico García Lorca no fue capaz de encontrar su propia voz, y que su canción se la regaló otro andaluz, en esta ocasión un anónimo guitarrista en Montreal.

De visita en la casa de su madre, junto a unas pistas de tenis conoció a un joven que tocaba flamenco. Maravillado por ese duende le pidió que por favor le diese unas cuentas clases de guitarra. Tras afinarle la guitarra y enseñarle seis acordes para flamenco, se volvieron a ver solo durante un par de días más. A la siguiente vez, el joven muchacho no se presento.

Cohen llamó al hotel donde el guitarrista se hospedaba y preguntó por él. La respuesta fue que el chico se había quitado la vida esa misma noche. Todavía en shock por la noticia del suicidio y sin saber muy bien que hacer, el canadiense guardo esas clases en su memoria como si del mayor de los regalos se tratase. Y es que así fue.

En este debut (algo tardío, ya que lo grabó a sus 33 años) se encuentra justo lo que él menciona en el discurso. Sus letras maravillosas, digna herencia de todos los autores en los que se inspiro y unas progresiones de guitarra sencillas, que no simples, con las que adornarlas. Sus canciones hablan desde el amor (personificando en la lujuria e incluso el sexo) hasta la religión, todo bajo un prisma muy particular.

Musicalmente encontramos la guitarra de Cohen acompañada por unos arreglos de cuerda, cuernos, campanas y algunos coros femeninos como en la famosa ''Suzanne'', pero todo en su dosis justa. Solo escuchar el inicio de ''Master Song'' o ''So Long, Marianne'' ya me pone los pelos de punta.

Al igual que él agradeció a España todo lo que le ha dado, si yo un día pudiese conocerle cara a cara, no dudaría ni un segundo en decirle, que al menos a titulo personal, es algo totalmente reciproco. Cualquier premio se quedara pequeño ante semejante gigante.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Kaleidoscope - Tangerine Dream (1967)



Y aqui estamos una vez más con la herencia del Sgt. Pepper de The Beatles, que sirve esta vez como caldo de cultivo para el debut del enésimo grupo psicodelico. La salvedad en esta ocasión es que el rock deja paso al pop, estando más cerca del baroque de The Beach Boys que de la joya de los de Liverpool. Y es que podriamos verlo como un 'Pet Sounds' pasado por la batidora lisérgica.

Es un disco de ritmos alegres, guitarras inofensivas y voces académicas que recrean bonitas armonías vocales, agradables y dulces, con delicados arreglos y orquestaciones. Se nota un poco la inocencia de ser las primeras composiciones, canciones por ejemplo como ''Kaleidoscope'' se podria haber estirado un minuto más y haber sacado de ahí un tema redondo. Siendo un disco tan breve (poco mas de media hora, pero con el ultimo corte del disco superando los ocho minutos) se agradecen concesiones como ''Dive Into Yesterday'', en la que sí les da tiempo a desarrollar el potencial que atesoran y consiguen un tema impresionante.

La ya mencionada canción de ocho minutos, ''Sky Children'' para mi es la mejor del disco. Es adorable recordar como en aquella época muchas veces se guardaban estas composiciones para la ultima pista de la cara B en lugar de la tendencia actual de poner las canciones importantes en las primeras posiciones para captar al oyente. Me vienen a la mente ahora mismo The Doors en sus dos primeros discos, The Rolling Stones o Love incluyendo estas canciones que solían ser canciones salvajes y larguísimas.

Quizá las canciones del disco son excesivamente cortas y para este tipo de música de aires psicodélicos a veces 2 o 3 minutos se quedan cortos, aunque al menos evitan el perderse en interminables viajes psicodélicos como otros grupos de la época. Pese a todo, es una de esas pequeñas joyas pop de los sesenta. Cuando la palabra pop no era algo peyorativo.

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cream - Disraeli Gears (1967)



Bueno, algún día tenia que llegar, es el momento de las presentaciones. Blues, esta es la señora Psicodelia. Psicodelia, el señor Blues. Encantados. Y es que con un ex Yardbirds en formación, osease Eric Clapton, se podía intuir que este noviazgo iba a terminar en boda.

En este segundo disco de la formación, Cream decide darle una vuelta de tuerca al concepto ''riff'' y al blues rock, cosa que ya se pone de manifiesto en el primer tema del álbum, ''Strange Brew'', con una guitarra incontestable. El formato del grupo, no muy común en aquella época, era un clásico 'Power trio', cuya competencia directa era Jimi Hendrix y su Jimi Hendrix Experience (otros que bebían del blues y fumaban de la marihuana) así que debido a esto consiguieron un sonido muy particular y elegante, con un virtuoso como Clapton a la guitarra que no hacia más que mitificar más y más a la formación.

Se dice que sus directos eran salvajes, pese a las luchas de egos constantes entre los tres, y se puede notar en canciones como ''Tales Of Brave Ulysses'' que parecen bastante orientadas a ser tocadas en vivo. Pero por otro lado encontramos la parte de estudio, los trabajos influenciados por The Beatles y el Sgt. Pepper, como ''Dance The Night Away'', bastante lisergica (como la portada), que junto con ''We're Going Wrong'' podrían ser las abanderadas de ese otro lado del LP.

La verdad es que pese a todo el grupo peca un poco de académico en este lanzamiento, y arriesgan lo justito, nunca llegan a soltarse la melena, y se queda en un disco de posos, donde cada vez que algo da un respingo es rápidamente calmado. Es un clásico de los sesenta, pero de los pocos álbumes míticos que me permitirá la osadía de decir que no marcó tendencia.

Y sí, obviamente no voy a cerrar sin decir que ''Sunshine Of Your Love'' es una autentica sobrada de canción, con una de las lineas de guitarra más fáciles de reconocer de la década, mágica, onírica, y con un swing mil veces imitado. Anda, pues al final igual sí que dejaron algo de legado...

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lunes, 12 de diciembre de 2011

Jefferson Airplane - After Bathing at Baxter's (1967)



Como otros tantos grupos que flirtearon con la psicodelia en los finales de los 60, Jefferson Airplane también tuvo su disco de drogas hasta arriba. A la mente me viene el segundo disco de 13th Floor Elevators por ejemplo, que es muy semejante en cuanto a intensidad y sonido.

Esta dureza, el dejar atrás las melodías pop y meterse de lleno en básicamente jams de LSD bajo mi punto de vista no llegaron a cuajar nunca. Puede que como atmósfera este mucho más logrado este álbum, desde luego, pero al final lo que cuenta, no nos engañemos, son las canciones. Y aquí no hay un ''White Rabbit'' ni un ''Somebody to Love''.

Con este disco la banda logró capturar el lado más crudo del grupo, estando los desarrollos instrumentales por encima de las melodías, y donde las guitarras son los protagonistas. Es más difícil de digerir, incluso por su producción, mucho más orientada a intentar plasmar el directo del grupo que a conseguir un sonido limpio. Es el álbum que verdaderamente conecta a Jefferson Aiplane con la psicodelia.

Un fantástico repertorio de acid y psychedelic rock. No está a la altura de Surrealistic Pillow, pero es un trabajo bastante interesante, con una ambientación que si cierras los ojos mientras lo oyes y parece que te han transportado directamente a Woodstock y que huele a porro por todas partes.

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miércoles, 7 de diciembre de 2011

The Moody Blues - Days of Future Passed (1967)



El grupo The Moody Blues rompe con varias etiquetas en este álbum. La primera de ellas es un cambio total de su sonido, pasando del R&B de su debut, a iniciar el camino del Rock Progresivo, un cambio bastante contundente, de los más locos que recuerdo. Otra barrera que se saltan a la torera es la instrumental, ya que deciden añadir como un miembro más de la banda a la London Festival Orchestra, iniciando así otro estilo como seria el Progresivo Sinfónico, que luego rescatarían por ejemplo Yes, aunque en esta ocasión la marca de la casa la ponen los sonidos de música clásica (entiéndase la música docta, no la del clasicismo) y las continuas referencias y uso de los instrumentos de la música culta. Por si esto fuese poco, también se atrevieron a darle un toque conceptual al álbum, contándonos la rutina de un hombre desde su despertar hasta la caída del sol. Casi nada para un segundo disco.


Con semejante descripción no hay que ser muy ducho para darse cuenta de que es una grabación un poco pretenciosa, y que en semejante entramado a veces la atención se puede llegar a perder en largos pasajes sinfónicos, con enormes partes basadas solo en arreglos y orquestación, e incluso con el uso de las voces para recitar. ¿Es esto algo malo? Pues sinceramente no. Desde luego que es bastante atrevido, y puede que para algunos sea una mezcla demasiado disparate, incluso una herejía,  pero la verdad que el resultado es espectacular.


En el otro lado de la moneda incluye varios temas con cierto tono psicodelico pero bastante pop, herencia casi directa de la etapa Sgt. Pepper de The Beatles, e incluso se permitieron conseguir un 'éxito comercial' con el ultimo corte del disco ''The Night: Nights in White Satin''. Lleno de texturas, opulento y fastuoso, una resaca continua de armonías y un trabajo soberbio a la hora de seguir la narrativa con la música en base a la historia que se cuenta, dejan una sensación de estar ante un disco pensado hasta las ultimas notas, digno de ser casi ''representado'' y no tocado en directo.


Puede que la mezcla no pueda convencer a los puristas de ninguna de las dos partes, no es la primera ni la ultima vez que dos géneros dispares se fusionan y la cosa no funciona, pero en esta ocasión todo parece encajar como un puzzle. Luego ya cada uno vera su habilidad para encajar las piezas.

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domingo, 4 de diciembre de 2011

Buffalo Springfield - Buffalo Springfield Again (1967)



La historia de Buffalo Springfield es la historia del grupo con varios genios dentro. Dos monstruos del folk rock como Neil Young y Stephen Stills, con sus enormes talentos (y egos), condenados a entenderse y trabajar juntos para suerte de todos nosotros.

Pese a que luego Young eclipsara prácticamente todos los trabajos de sus compañeros y que incluso añadiera su apellido más tarde a Crosby, Stills & Nash, si hay un disco que permanece inamovible y con identidad propia es desde luego este. Puede que no tenga un tema como el indiscutible ''For What It's Worth'' primer single de su debut, pero a cambio se gana un sonido mucho más solido, y sin apenas picos alarmantes de calidad entre sus canciones, que solo se mueven entre el ''muy bueno'' y el ''excelente''.

Como ya he dicho, aquí Young alcanza ya un cierto grado de su característico sonido, ''Mr. Soul'' es un riff que podemos encontrar varias veces en su debut en solitario y que suena bastante a The Rolling Stones, y también se empezaba a despertar su amor por el ruido y por los temas de estructuras complejos (''Broken Arrow''), e incluso ya se permite el lujo de grabar sin la banda una canción como ''Expecting to Fly''.

Pero para mi esta vez acaba superado por Stills, tanto en calidad como en variedad, con esa pieza jazzistica que es ''Every Days'', la salvaje ''Bluebird'' y ese bajo del demonio o los solos de guitarra de ''Hung Upside Down'', con la que es sin duda el mejor trabajo en la voces también del álbum. El resto de canciones son trabajo de Richie Furay, que desde luego no desmerece al lado de los otros dos, sobre todo con su voz, pero que pese a todo esta un escalón por debajo de ellos.

Cuando uno no tocaba el solo, hacia los coros, y cuando no pues la base rítmica era suya. Es lo que tienen estos ''supergrupos'' que los temazos salen sin querer, que cuando uno levanta el pie del acelerador hay otro que lleva ya cuatro vueltas de ventaja, asi que es imposible hacer malas canciones ni queriendo. Una de las mejores y ultimas muestras del rock clásico de los sesenta, raíces americanas 100%, el Cadillac del folk.

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jueves, 1 de diciembre de 2011

The Beatles - Magical Mystery Tour (1967)



Tras las películas 'A Hard Day's Night' y Help! (con sendos discos de igual nombre por medio) Paul McCartney decidió hacer esta vez un trabajo algo más fino, y contar mediante imágenes el viaje psicodelico que vivía la banda en lo referente a la música. El guion iba a ser bastante similar a lo que hacían Ken Kesey y los 'Alegres Bromistas', historias que se puede leer en 'Ponche de Ácido Lisérgico' de Tom Wolfe, donde recorrían carreteras a bordo de una furgoneta de colores mientras se experimentaba con todo tipo de drogas y con LSD.

Al igual que pasó con el Sgt. Pepper, el proyecto inicial desvarió y prácticamente solo se puede notar en la primera canción, ''Magical Mystery Tour'', donde te invitan a montar en su autobús y gozarlo. En el resto, pese a tener una cierta coherencia entre ellas, la verdad es que olvidan totalmente el leitmotiv original y son simplemente grandisimas canciones de la banda sonora.

Contiene varios temas interesantes y que dejan claro que este doble EP tuvo gran parte de experimentación, ya que por ejemplo en 'Flying'' se atrevieron con su primera canción totalmente instrumental, y John Lennon comenzó a dejar mensajes subliminales en sus letras, volviéndose cada vez más rebuscado y haciendo metáforas en la estela de Bob Dylan. En la enorme ''I Am the Walrus'', por ejemplo, se pueden encontrar mil matices e historias que descifrar para los fans, cosa que años más tarde se convertiría en burla de los propios Beatles que veían que la gente en realidad iba mucho más allá de lo que realmente había.

De todos modos, pese a la ración psicodelica, este disco (más tarde fue lanzado como LP en USA) es recordado por contener dos de las canciones más impresionantes del catalogo de los de Liverpool, por no decir directamente de la historia vamos, con la coincidencia de que ambas comparten el mismo tema, la nostalgia hacia su niñez y sus vivencias en las calles de Inglaterra. Estoy hablando por su puesto de ''Strawberry Fields Forever'' (Lennon) y de ''Penny Lane'' (McCartney), que ademas definen perfectamente el estilo de cada uno, donde la canción de John es un viaje evocando diferentes localizaciones hasta llegar al final de la pista con sus típicos ecos y voces dobladas, donde la ultima parada es una golosina en forma de 'outro', mientras que Paul nos regala la enésima canción pop perfecta de estribillo mágico, arreglos incontestables y voces perfectas

Y es que este álbum, por contener contiene hasta una canción de esas que todo el mundo conoce, la típica concesión de The Beatles, el regalo para cerrar una etapa redonda, ''All You Need Is Love'', y con eso ya no se puede dejar mejor sabor de boca.

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lunes, 28 de noviembre de 2011

Love - Forever Changes (1967)




Cuando parecía que la escena de Los Angeles era una regencia exclusiva del rey lagarto y su banda The Doors, un pequeño grupo, que en sus inicios como rockeros de garage nadie podría haber adivinado como adalides de la psicodelia pop años más tarde, decidieron dar un golpe de estado, convirtiendo a Jim Morrison en una suerte de Luis XVI, donde la guillotina no era otra cosa que un descomunal trabajo de baroque pop, unos arreglos de cuerdas por los que mataría el mismo Brian Wilson, y unas letras que se multiplican por mil gracias a la voz superdotada del moreno Arthur Lee.

El inicio del álbum es demencial, desde el uso del corno francés en ''Alone Again Or'' al solo de guitarra de ''A House is not a Motel'' (uno de los puntos más altos de inspiración de toda la década, sin posibilidad de debate) para terminar la santísima trinidad con ''Andmoreagain''. La verdad es que me cuesta recordar un inicio tan abrasador y coherente en un disco, cada nota y cada pausa parece estudiada y una vez superados esos primeros diez minutos es imposible dejar de escuchar el resto.

Y en ese resto podemos encontrar más obras maestras todavía, canciones tales como ''The Red Telephone'' y su primer demoledor verso (Sitting on a hillside, watching all the people die. I’ll feel much better on the other side, I’ll thumb a ride) o la gloriosa ''Maybe The People Would Be The Times Or Between Clark And Hilldale'' que ademas de buena tiene un titulo cortisimo, asi que lo bueno si breve dos veces bueno dicen.

Creo recordar que en un principio se acredito buena parte de la producción a Neil Young, pero creo que es un caso parecido a The Stooges y la supuesta mano negra de David Bowie. En el fondo es un trabajo de inspiración máxima de Arthur Lee, como lo fue en su día el Pet Sounds de The Beach Boys obra de Brian Wilson, y casi todo el merito recae sobre él, tanto como multi-instrumentista, como letrista, compartiendo méritos con otro importante miembro del grupo, el guitarrista Bryan MacLean.

El resultado final es un trabajo de orfebrería impresionante, con una belleza descomunal y un nuevo lavado al sonido psicodelico, muy alejado de los viajes lisergicos del resto de grupo de la costa este americana. Un disco atemporal, de los que una vez escuchados a fondo y exprimidos dejan una huella imborrable en el oyente.

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jueves, 24 de noviembre de 2011

Nico - Chelsea Girl (1967)



Tras abandonar The Velvet Underground, y habiendo dado con su voz un toque único e irrepetible al debut de los neoyorkinos, la alemana Nico, amparada una vez más por Andy Warhol, se lanzó en solitario con este disco y una película de idéntico nombre.

Puede que lo de 'en solitario' sea una de las peores definiciones posibles para este álbum, porque la verdad es que no podía estar arropada por sus ex-compañeros. Tanto Lou Reed en la composición, como John Cale en los arreglos (y viceversa) salpican continuamente las canciones con su aparición, ya sea con la guitarra eléctrica de Reed o la viola de Cale. La verdad es que hay muchos cortes que podrían pertenecer perfectamente al disco de la banana, ''It Was A Pleasure Then'' no deja de ser una suerte de ''Venus in Furs'' por ejemplo.

Los tentáculos de la Factory eran muy alargados y las colaboraciones no se quedan solo en los amigos de la Velvet, sin ir más lejos Bob Dylan le regalo ''I'll Keep It With Mine'', una de las más folk que podemos encontrar, que junto a ''Chelsea Girls'' hacen de la cara B un poco más clásica y menos experimental.

Desde luego no hablaremos nunca de Nico como la mujer con más talento que ha dado  la música, pero que tenia una personalidad increíble no se puede negar. Con su tono de voz, tan metálico y poco académico, solo se podía conseguir dos cosas, una de ellas es una calidez y sinceridad brutal a la hora de contar historias,  y otra es momentos casi bochornosos como esos 'little biiiird' en ''Little Sister'', que en realidad no hacen más que enamorarte más y más de ella. Su look, su voz, su fuerza, y todo lo que consiguió con esfuerzo se ve recompensado de sobra en esta pequeña joya.

Sus siguientes discos son bastante más accesibles en cuanto a sonido, y para mi más interesantes y mejor hechos, pero puede que carezcan de la inocencia y la magia de este debut, y la locura a la que se sometió en estas legendarias grabaciones.

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lunes, 21 de noviembre de 2011

13th Floor Elevators - Easter Everywhere (1967)



El segundo disco de los 13th Floor Elevators es una excesiva y desmesurada utilización de la psicodelia del primero. Esta afirmación, con todo lo bueno y todo lo malo que contiene, es para mi la definición perfecta del álbum. El estado de salud mental de Roky Erikson estaba en su punto más critico, con toda la droga haciéndole efecto de golpe y con su labor creativa en el momento más exagerado.

Con un sonido mucho más agobiante y obsesivo, muchas de las canciones se convierten en asfixiantes minutos de ''Electric Jug'' que una vez pasada la novedad del debut, se hace realmente pesado con su continuo zumbido.  Probablemente el corte que más deja descansar al cerebro es ''Baby Blue'', y obviamente porque es un 'cover' de ''It's All Over Now, Baby Blue'', la canción de Bob Dylan.

Y es que es otro cover el que me refuerza la idea de que este disco esta muy exagerado, y que es un viaje lisergico demasiado difícil de saborear. Estoy hablando en este caso del inmenso ''Slip Inside This House'' de Primal Scream, que toma prestada la primera pista de este disco, pero consiguiendo un resultado mucho más demoledor. Probablemente lo que de verdad se quería buscar en este disco y no supieron/pudieron/quisieron hacer.

Dejando atrás el garage rock de la primera etapa, el grupo se mete en una evolución un tanto atípica, que en lugar de desenredar el laberinto del debut, lo enmaraña mucho más. Puedo llegar a entender que la gente acepte la atmósfera que se recrea como un gran valor, pero desde luego las canciones son mucho más mediocres y como conjunto se hace una experiencia bastante cargante. Si no se quiere ver como un paso atrás, sí que al menos es una alto en el camino.

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jueves, 17 de noviembre de 2011

Captain Beefheart - Safe as Milk (1967)



Seguramente nuestro querido Don Van Vlient (conocido artísticamente como Captain Beefheart) sea uno de los tipos más desquiciados de la historia de la música en los sesenta, y la verdad que podría formar un buen poker con otros celebres pirados como Kim Fowley y sus gritos, Tom Waits unos años después, o el singular Frank Zappa. Probablemente sea de este ultimo del que más cosas toma prestadas, aunque mientras el genio del bigote intentaba dar un lavado de cara al rock a base de jazz, Captain Beefheart nos muestra su particular concepto del blues.

En ''Dropout Boogie'' sin ir más lejos se ve la influencia más cara, con ese sonido a medio camino entre lo psicótico y lo psicodelico. Pero no seria este debut su disco menos accesible, en realidad es justo al contrario. Se pueden encontrar piezas bastante clásicas y disfrutables para cualquier oido, y aunque el propio Captain Beefheart no era precisamente un maestro en lo instrumental, ya que poco menos que su destreza se basaba en la armónica, la banda que le respalda (su famosa The Magic Band) son de una calidad inmensa, y consiguen llevar a buen puerto todas y cada una de las composiciones del capitán. La canción ''Electricity'', por ejemplo, me parece increíblemente abrasiva para la época.

Aun asi no hay que llevarse a engaño, todo el disco entero es Captain Beefheart, él y solo él, con un dominio absoluto sobre las letras (satíricas en su mayoría), los instrumentos y todo lo referente a su sonido. Su voz es una seña de identidad demasiado poderosa como para pasarla por alto, donde en una misma canción puede conseguir registros bastante dignos y de pronto ponerse a berrear como un animal en celo, sirva como muestra ''Where There's Woman'', donde hace su mayor esfuerzo en parecer un hombre normal.

Con este tipo de discos experimentales siempre se tiende a usar las mismas etiquetas, un poco de proto-punk por aquí, otro poco de experimental rock por allá y todos contentos, pero para ser sinceros el disco funciona bastante bien como una simple propuesta original de blues, así que dejaremos las etiquetas para otras barbaridades que si que llegaría a grabar Captain Beefheart unos años después.

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jueves, 10 de noviembre de 2011

The Doors - Strange Days (1967)



Destacar en 1967 entre algunos de los más grandes lanzamientos de la historia era una tarea bastante difícil, conseguirlo con un disco de debut el mismo año que debutan Jimi Hendrix, o bandas como The Velvet Underground y los británicos Pink Floyd parecía ya imposible, pero hacerlo por segunda vez sonaba tan utópico que solo gente como The Beatles se podían permitir esos lanzamientos consecutivos.

Para su álbum sophomore encima se quisieron dar el lujo de cambiar el registro, abandonar el blues rock del primer titulo (bueno, taparlo un poco) y lanzarse a la psicodelia y al sonido reinante de la época. Incluso trabajaron para darle a este segundo LP la consistencia de la que adolecía el primero, incluyendo pistas como ''Horse Lattitudes'' que pese a no tener prácticamente ningún valor musicalmente hablando conseguía dar unas texturas más compactas entre temas, y no solo ver el disco como un recopilatorio de singles.

A pesar de todo la formula tampoco es tan distinta como parece a primera vista, incluso se usan estructuras muy similares y trucos del disco anterior, como por ejemplo terminar con ''When The Music's Over'' en lugar del espectacular ''The End'', o incluir las canciones fuertes en la cara A del disco.

Con una duración bastante inferior al debut (aquí rondaremos poco más allá de la media hora) no hay cabida para barbaridades como ''Light my Fire'' pero a cambio tenemos pequeñas joyas lisergicas de tres minutos como ''Strange Days'', ''You're Lost Little Girl'' o las bluseras ''Moonlight Drive'' y mi favorita ''Love Me Two Times''. Donde sí que se pudo notar un gran cambio (pese al poco tiempo entre disco y disco) fue en las letras, todavía más sobresalientes y geniales que antes, y en un Jim Morrison bastante más comedido, aunque esto ultimo casi se puede ver como algo negativo para algunos como yo que vivimos hipnotizados por su salvajismo.

Aun así, con todo esto, tampoco podemos hablar de revolución o madurez de su música, más bien es un paso a un lado de la carretera para un pequeño stop, y no un salto hacia delante real. Lo que ocurría es que The Doors tenían ganas y frescura suficiente para dar a luz a otro hijo, con la misma calidad que al anterior, pero con otro estilo distinto a su hermano. Una maniobra bastante arriesgada teniendo en cuenta que aun estaban en la cuneta algunos cadáveres calientes como el 'Their Satanic Majesties Request' de The Rolling Stones.

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jueves, 3 de noviembre de 2011

The Kinks - Something Else by The Kinks (1967)



Ya eran imparables, The Kinks crecían a pasos agigantados (¿que habría sido de sus trabajos iniciales si no llegan a ser obligados por la discográfica a publicar casi tres LPs al año?) y cada lanzamiento superaba al anterior, coincidiendo este 'Something Else' con su mejor momento compositivo que culminaría con el enorme 'Village Green'.

El titulo, a medio camino entre la declaración más honesta posible y el humor irónico de los Davies, presentaba ni más ni menos el contenido real del disco. Canciones y más canciones, de una calidad incuestionable, varias joyas y alguna que otra obra maestra. Metidos en medio de la corriente 'mod' pero mucho más cercanos al sonido barroco del 'baroque pop' con, por ejemplo, ''Two Sisters'' y su clavicordio, formaban prácticamente ellos mismos una escena en si.

Aun asi los acordes marca de la casa y la batería de Mick Avory (para mi gusto más dura y machacona que nunca) son lo que marcan el resultado final, con una producción algo excesiva en muchos momentos, al menos en las versiones estéreo que he escuchado y en la de CD que poseo. Creo que aun sigue siendo una asignatura pendiente desde el anterior trabajo y que no seria hasta el siguiente álbum cuando confirmarion el 'sonido kinks'.

De todos los miembros, creo que Ray Davies es el que más crece en este disco, aunque no consigue superar ''Sunny Afternoon'' sus nuevas melodías vocales y letras como la de ''David Watts'' o ''Death of a Clown'' le empezaban a dar un aura especial y a desmarcarse todavía más de su hermano.

Siempre acabo puntuando a la baja los discos de The Kinks, y no se muy bien la razón. Me pasa con otras grandes bandas y sus obras maestras, quizás sea porque se les exige un poco más que al resto, o en este caso en concreto por estar en medio de un cambio radical en la forma de ver los lanzamientos, pensando en la obra como un todo y no como una sucesión de canciones. De todos modos, la puntuación es algo simplemente orientativo, y no cabe duda de que este disco contiene muchos de los mejores momentos de una década entera, que no es poco.

Puntuación

lunes, 31 de octubre de 2011

Tim Buckley - Goodbye and Hello (1967)



¿El padre de Jeff Buckley? ¿Acaso alguien dice lo mismo de Jakob Dylan o de Jason Bonham? El único caso que me viene ahora mismo a la mente seria el de Miley Cyrus (Hanna Montana) y creo que se desmorona por si mismo. ¿Por qué entonces la obra de Tim a menudo permanece en un segundo plano a la sombra de, normalmente, el 'Grace' de su hijo? Desde este 'Goodbye and Hello' hasta 'Starsailor', Buckley encadena una carrera increíblemente solida, donde cada disco es superado por el siguiente en algún aspecto, mostrando la transformación y madurez de un artista que de no haber muerto de forma prematura a los 28 años estaría sin duda en otro asiento reservado de la historia.

Y es que no hablo de infravalorar su arte, poca gente puede haber que no se emocione ante barbaridades vocales como ''Pleasant Street'' donde Buckley juega con el oyente como quiere, y a nadie se le puede escapar los coqueteos ácidos en ''Carnival Song'' o la música hindú en ''Hallucinations'' (esto habla de la innovación y la energía que Buckley metía en sus discos, y también obviamente de que pertenece a la generación que mamaba del Sgt. Pepper de The Beatles), más bien me refiero a un desconocimiento sobre su vida y vicisitudes, en una figura que a mi se me antoja enorme en la recta final de los años 60.

Con algún que otro deje en las letras que recuerda a Bob Dylan y con unos arreglos de cuerda muy barrocos, herencia directa de la moda iniciada con 'Pet Sounds' y la producción baroque pop de Brian Wilson, el álbum se muestra como una estampa perfecta del devenir de la música folk en la época, incluso con locuras fuera de lugar como la ¿progresiva? ''Goodbye and Hello'' que con sus 9 minutos de duración es un buen ejemplo de lo que era capaz de conseguir este hombre.

Todo en su vida parecía que iba de la mano con la tragedia, una macabra broma en la que la melancolía era su mejor amiga, las drogas y el alcohol sus hermanos y la muerte un fiel compañero, que no solo se le llevaría a él privando al mundo entero de su talento, sino que la tristeza seguiría una generación más, robándonos también a Jeff a la misma edad. No creo que se pueda definir mejor su forma de vivir y cantar que con un 'hola y adiós'.

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viernes, 19 de agosto de 2011

Pink Floyd - The Piper at the Gates of Dawn (1967)



Un amigo y yo tenemos una broma privada basada en tomarnos este disco como el único de la carrera de Pink Floyd, y que el resto de su discografía es otro grupo distinto con el mismo nombre. Y es que al igual que hay unos The Rolling Stones tras la marcha de Brian Jones, o unos The Byrds con ideas muy distintas con Gram Parsons, Pink Floyd eran algo muy diferente cuando Syd Barrett capitaneaba la formación.

Hay muchos grupos que no se sabe muy bien porque pero funcionan mejor bajo la dictadura de un líder, alguien con las ideas muy claras sobre su sonido y que se imponga sobre los demás. The Beach Boys con un asfixiante Brian Wilson a finales de los 60, o los Radiohead de Thom Yorke son buena prueba de ello. Y es que no todo el mundo se podía permitir los lujos de The Beatles componiendo canciones a medias o cantando cada uno un par de temas por disco.

Roger Waters no era todavía ese agujero negro supermasivo que arrasaba todo a su paso debido a su ego, así que el propio Barret era el líder, compositor y alma del grupo, un personaje trastornado y excéntrico, que parecía a veces vivir en otra realidad muy distinta a la que los demás vemos. Poco a poco consumido por el uso y abuso de sustancias alucinógenas su visión de la psicodelia fue seguramente la más genial de todas en la época, con una perspectiva de ''rock espacial'' totalmente desquiciada, en la que todos los sonidos (y una maravillosa producción a cargo de Norman Smith, que fue pieza fundamental sin duda) intentaban evocar un viaje sideral.

Sin dar concesiones ni tan siquiera en los títulos de las canciones, vemos que ''Astronomy Domine'' como inicio del álbum es una buena carta de presentación, aunque seria otra de las pistas con referencia galáctica, ''Interstellar Overdrive'', la que se llevaría el gato al agua como mayor ida de olla grabada hasta el momento. Basicamente una oda espacial con todos los tintes del rock progresivo.

Pero la enajenación del grupo no se quedaba solo en estos sonidos ''astrales'', cosas mucho más terrenales como la historia de un gnomo (sí, la historia de un gnomo) en obviamente ''The Gnome'', un gato en ''Lucifer Sam'' o un viaje en bici en el cierre del álbum, ''Bike'' les resultaban lo suficiente atractivos como para dedicarles un tema. Obviamente todas estas letras ocultan dobles sentidos y referencias, pero en su mayoría no andaban tan lejos del tema original.

No pasarían más de dos años del lanzamiento hasta que Syd Barrett tuviese que abandonar el grupo por estar entrando ya en la locura más absoluta, dejando un hueco enorme en la banda. Hueco que nunca llegó a ocuparse del todo, pese a la llegada de David Gilmour, y que los mayores éxitos del grupo llegarían ya en los setenta sin él. Continuas eran las referencias a su persona, las canciones en su honor o discos para tributar su recuerdo.

Y ahí es donde comenzarían los otros Pink Floyd, los que realmente todos conocemos y en los que pensamos al escuchar ese nombre. Pero conviene recordar que hubo otros antes, otro grupo llamado igual que saco esta maravilla, una carrera discografía de un solo disco, un estilo distinto, pero la misma calidad con la que luego serian recordados como estrellas del rock.

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lunes, 15 de agosto de 2011

The Beatles - Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967)



Una vez tomada la decisión de dejar los conciertos en vivo (entre otras justificaciones encontramos ''no nos podemos escuchar por culpa de los gritos de las mujeres'', ''nuestra música no puede ser tocada en directo con la tecnología actual'' o mi favorita ''necesitamos descansar de la presión, somos más conocidos que Jesucristo'') el tiempo libre que se les ofrecía a The Beatles parecía ser el pretexto perfecto para embarcarse en su más ambicioso proyecto. Convertirse en otra banda y grabar un falso directo, que a la postre seria el disco más influyente de la historia.

El planteamiento inicial de vestirse con ropas extravagantes, cambiarse los nombres, y más o menos comenzar a tener en mente un disco conceptual 'real' fueron abriéndose paso entre otro montón de ideas revolucionarias, mientras que por primera vez sus ingenieros consiguieron plasmar una petición que los de Liverpool venían pidiendo en los estudios de Abbey Road desde hacia un tiempo, el poder enchufar los instrumentos directamente a las consolas y no tener que grabarlos. Parecía que todos los astros se estaban alineando para poder conseguir por fin traspasar la barrera que les imponía el formato físico y hacer arte directamente.

Una vez grabada la primera canción, ''Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band'', donde se lleva a cabo la premisa de Paul McCartney del directo de presentación (con los sonidos del publico incluidos) se dan cuenta de que eso se les queda pequeño, quieren llevarlo al siguiente nivel. Para ello incluyen al final de la misma una presentación al gran y único Billy Shears, una nueva identidad para Ringo Starr que es el encargado de cantar ''With A Little Help From My Friends'', la segunda canción del disco. Puede que la jugada fuese buena y consiguiera el efecto de mimetizarse con el concepto, pero ya hemos dicho que ellos no estaban haciendo esto para llegar a la cima (porque ya lo estaban), querían llegar un poco más arriba todavía. La solución fue hacerlo un conjunto auténtico, todo una misma pista sin corte ninguno, provocando lloros y quebraderos de cabeza a las radios de todo el mundo, incapaces de separar una de la otra y obligados a poner las dos seguidas.

Pero es que no solo estos pequeños detalles que incluían ellos daban juego, incluso cuando no lo querían la gente reinterpretaba sus propias canciones. ''Lucy In The Sky With Diamonds'' era prohibida en emisoras de todo el mundo por contener LSD en su titulo, cuando en realidad (siendo la versión oficial la de John Lennon) todo venia de un dibujo que le había enseñado su hijo sobre una compañera de clase. Bueno, yo no negare que esa fuese la inspiración, pero solo hay que escuchar la canción y la letra para darse cuenta de que algo lisérgico sí que hay.

Y es que en las letras también había algo mágico, y ya en plena etapa psicodelica lo arriesgado era ponerse a contar una historia y no soltar cuatro frases inconexas que el ácido juntaría por si solas. Con ''She's Leaving Home'' encontramos a un McCartney totalmente inspirado, que junto a Lennon consiguen unas voces espectaculares (con un doble juego magistral, donde Paul habla por la chica y John hace de padres), y todo encima de un cuarteto de cuerda y un arpa por músicos de estudio, ya que ni uno solo de los Beatles toca ni una nota en esta canción.

A estas alturas el disco ya se había deformado totalmente, y la idea original era poco más que un 'leitmotiv' que unía todo, y así sin darse cuenta nadie Lennon, que comulgaba poco o nada con todo lo del tema conceptual, ya había colado su canción de circo ''Being For The Benefit Of Mr. Kite!'' y George Harrison había hecho lo propio con su obsesión hindú, en este caso ''Within You Without You'' que para mi fue su mejor acercamiento al sonido y la cultura que tanto admiraba.

Hasta volver al 'reprise' del Sgt. Pepper no volvemos a escuchar al publico que asiste perplejo a lo que la banda del sargento pimienta les esta ofreciendo. Pero solo es algo fugaz, el disco ya ha acabado para entonces y solo falta escuchar la ultima canción para terminar. El cierre es ''A Day In The Life'', que puede ser fácilmente uno de los momentos más inspirados de The Beatles. Un coplejisimo entramado de orquesta, pianos, pistas superpuestas, dos canciones a la vez, acordes alargados al infinito en el estudio, 400 libras gastadas en músicos, sonidos de despertador y un pitido a 15 KHz para volver locos a los perros que lo escuchasen. Pese a todo este caos si hay una palabra que define la canción es 'belleza'.

Tras 700 horas de estudio (su primer LP se grabó en apenas 10), unas 50.000 libras invertidas y un gasto de recursos humanos y de materiales e instrumentos que parecía de locos, se le acabó de dar forma al octavo disco de la banda. Se sabia de sobras lo que se había creado, todos imaginaban que el disco iba a ser lo que hoy es, y solo había cierto miedo a que hubiesen ido demasiado lejos y el publico lo viese como un disco impopular. Nada más lejos de la realidad, ya que es el disco más vendido de todos, el que más lecturas e interpretaciones tuvo (la grandiosa teoría sobre la muerte de Paul entre ellas) y que desde el primer día ilusionó a toda la critica mundial, que vieron en ellos a los reyes indiscutibles del rock y que aun hoy lo miran con respeto.

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sábado, 13 de agosto de 2011

Small Faces - There Are But Four Small Faces (1967)



Tras un gran éxito en UK, sobre todo gracias a considerarse un grupo importante dentro del movimiento 'mod', los Small Faces se lanzaron a conseguir gloria y fama también en USA con este álbum, y como de costumbre en estos casos la versión americana es mucho mejor, y si no que pregunten a otros expertos en estas lides como The Rolling Stones.

En apenas treinta minutos su particular visión del rock y del folk deja una ristra de momentos memorables bastante alta. Por ejemplo en ''Itchycoo Park'' podemos ver varias de las influencias soul en las vocales de Steve Marriott, especialmente el que seria uno de sus ídolos Otis Redding, o ese ''Tin Soldier'' que podrían firmar perfectamente otros compañeros suyos 'mod, los mismísimos The Who.

Su eclecticismo no tenia limites, y pasaban del pop al sonido más heavy de la época en la misma canción, solo hace falta pegar un vistazo a como empieza ''I Feel Much Better'' y a como termina. Otro de esos momentos mágicos que van dejando como migas de pan por todo el disco.

La banda solo duraría un par de años más en activo, aunque casi todos sus miembros acabaron en otras formaciones interesantes, e incluso de los restos del naufragio se consiguió una 'superbanda' sin quererlo, con un tal Rod Stewart a la voz y a un futuro Stone como Ron Wood en sus filas. 'It's all too beautiful...'

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lunes, 8 de agosto de 2011

Moby Grape - Moby Grape (1967)



Estar viviendo en San Francisco durante el ''verano del amor'' de 1967 y grabar un disco eran dos cosas inherentes. Que tu disco fuese una amalgama de estilos solía completar el pack. Moby Grape le dio un repaso a la psicodelia de una manera muy 'americana', metiendo en su debut folk y country para luego pasarlo todo por un filtro blusero, algo que nadie se podía resistir a incluir.

La verdad es que clavan prácticamente todas las canciones, y en todos los estilo se defiende de manera asombrosa (puede que los siguientes en hacer algo parecido fuesen Buffalo Springfield), pero para mi nunca llegan a despegar. ¿Menos de dos minutos de media por canción? Cuando estas apunto de ponerte a hacer guitarreos en el aire con tus manos en ''Fall On You'' te das cuenta de que ya estas en la siguiente canción, y cuando estoy comenzando a aprenderme los estribillos con toque de soul de ''Come In The Morning'' va y se acaba el tema. Coitus interruptus continuo.

Esto tampoco seria problema si las canciones tuvieran suficiente consistencia, no me veo yo quejándome de The Beatles y que ''And Your Bird Can Sing'' dura poco, más bien ocurre que el que mucho abarca poco aprieta. Todos los miembros componían, tres guitarristas y todos cantan una canción al menos. Es difícil que un colectivo tan amplio consiga un disco compacto, y que suene con unidad, y bajo mi punto de vista no lo consiguen.

La conclusión final es que es un buen disco, pero que podría haber sido mucho mejor. No diré que son uno de esos talentos desperdiciados del rock, pero al menos un talento no aprovechado sí.

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jueves, 4 de agosto de 2011

Jimi Hendrix - Are You Experienced (1967)



Contaba Pete Townshend, guitarrista y compositor de The Who, que la primera vez que vio al negro sobre un escenario tuvo que ir corriendo a llamar a Eric Clapton por teléfono. En la conversación le dijo que había encontrado ''al hombre que los iba a jubilar'' y ante la pregunta de Clapton sobre quien era ese tipo, Townshend contestó ''el mismísimo diablo tocando blues''.

Bueno, la frase del británico a demostrado con el tiempo no ser tan profética como parecía en un principio, al menos en cuanto a la jubilación prematura de los dos guitarristas, pero puede que sí que tuviera mucho de autentico en cuanto a la proveniencia maligna de Jimi Hendrix. En aquel momento en que el propio Clapton al mando de Cream, o Jeff Beck y los últimos coletazos de los Yardbirds llevaban las riendas del blues, la efigie de un Jimi Hendrix afroamericano se erigía como una figura de culto ante la invasión británica (llena de blanquitos) hacia un sonido de raíces tan americanas.

Hendrix, admirador de B. B. King entre otros, había decidido recuperar el trono para su país y ya de paso convertirse en el rey de la guitarra. La forma de conseguirlo fue llevar a un nuevo nivel todo el cajón de sastre que era el rock en 1967. Un poco de psicodelia por aqui, otro poco (mucho) de drogas por alla, el uso y abuso de los pedales (Según tengo entendido, fue Frank Zappa el que le enseño el uso del Wah-Wah), una alta carga sexual, un directo en forma de apisonadora y una personalidad que arrasaba por igual entre hombres y mujeres.

La idea era buena, pero puede que para otros fuese bastante complicada de llevar a cabo. No para el bueno de Jimi, un virtuoso de las seis cuerdas como no se había visto nunca. Una bestia salvaje que prendía fuego a su instrumento en directo, que tocaba con los dientes o con los ojos cerrados para, según él, ser capaz de captar ''la energía y el amor del publico'' y así saber que notas tocar. Una locura. Jamas se había escuchado a una guitarra llorar de esa manera en el rock, o llenar un disco con solos de guitarra de una manera tan magistral. Miles de personas acabarían abrazando esta nueva religión del acid rock y se influenciarían de la obra del genio de Seattle.

También puede que sea un poco injusto alabar solamente a Hendrix como padre de la criatura, ya que el power trio realmente eran The Jimi Hendrix Experience, completando la formación Noel Redding al bajo y Mitch Mitchell a la batería. Dos pedazo de músicos muchas veces olvidados o directamente eclipsados por Hendrix.

En cuanto a las canciones en sí encontramos verdaderos clásicos, con ''Foxy Lady'' como apertura, ''Manic Depression'' como continuación o ''Fire'' en plan single estrella. La versión definitiva de ''Hey Joe'' o ''Purple Haze'' y esa letra que de manera tan acertada definiría el mastodóntico ego del guitarrista cuando dice aquello de 'now, excuse me while I kiss the sky'.

Un debut antológico, la aparición en escena de un nuevo genio, un personaje que llevaría a un nuevo plano la guitarra, la composición y que intentó demostrar por todos medios que la música era una prolongación más de su cuerpo. E incluso, por encima de todo, de su alma.

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lunes, 1 de agosto de 2011

Frank Zappa - Absolutely Free (1967)



No había pasado demasiado tiempo desde el debut de The Mothers of Invention y su líder y alma máter, Frank Zappa, ya tenia en mente el siguiente paso de la banda. Una revisión de su primer disco, todavía más salvaje, ácido y burlón, que si ya llevaba por titulo un nombre tan alusivo al interior como ''Descontrol'', la misma acción se puede tomar para intuir este ''absolutamente libre''.

Una vuelta de tuerca más a su idea de rock and roll, más cercano al uso de la banda como una orquesta que a un verdadero grupo de rock con toques de jazz al uso, si se permite la expresión en semejante mezcla. Varios temas del disco están unidos como suites, y alcanzan unas cotas de esquizofrenia bastante altas. A destacar las dos primeras y más evidentes, la que nos llevaría desde ''The Duke Of Prunes'' hasta ''The Duke Regains His Chops'' en poco menos de cinco minutos, para encadenar con la oda a los vegetales más grande (¿la única?) nunca hecha, donde ''Invocation And Ritual Dance Of The Young Pumpkin'', la instrumental que queda encajada en medio, puede llevarse fácilmente la palma a temazo del disco.

Desde la ironía y la mala baba de ''Plastic People'' hasta la digerible ''Why Don't You Do Me Right'' se van tocando prácticamente todos los estilos que a Zappa se le ocurren, dando buena cuenta de todos ellos, e intercalando momentos de sátira musical con cortes más clásicos. Es probablemente al llegar a ''Brown Shoes Don't Make It'' donde se produce el ultimo gran momento del álbum. Una canción con continuos cambios de estilo y de ritmo, muy en la onda progresiva que llegaría años después y con una instrumentación prácticamente de musical, trompetas y conjunto de cuerdas incluidas.

Tras este paso de gigante al ya de por sí brillante debut se iba viendo que Frank Zappa estaba jugando en otra liga y casi a otro juego, usando el rock como balón a falta de otra pelota que se adaptase mejor.

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miércoles, 27 de julio de 2011

The Velvet Underground - The Velvet Underground & Nico (1967)



Durante una actuación en el Café Bizarre (donde el dueño le había prohibido tocar la batería a Maureen Tucker, la viola eléctrica a John Cale y a Lou Reed entonar ni una sola nota de ''The Black Angel's Death Song'', la mayor aberración que había tocado nunca nadie en la zona de Greenwich Village) varios héroes/piscopatas decidieron ponerse a bailar delante del escenario mientras una recién formada The Velvet Underground tocaba canciones sobre cuero y látigos. Uno de estos espontáneos llevo la 'buena nueva' a oídos de Andy Warhol, que automáticamente decidió que solo él podía ser mecenas de semejante grupo de mamarrachos, y que solo ellos podían tocar en sus siguientes inauguraciones. Se había formado un binomio que cambiaría el devenir del rock para siempre.

Al grupo, que ya lo tenia todo para escandalizar, solo le faltaba un pequeño empujón y toda la infraestructura que Warhol podía darles en la Factory. Amplificadores, baterías de verdad (Tucker había llegado a tocar con cubos de basura en varios ensayos) y tiempo y dinero suficiente para que un Cale obsesionado con la vanguardia consiguiera libertad total para experimentar. La única pega es que a cambio de estos billetes al país de Jauja, los chicos deberían llevarse consigo a la musa del momento en la Factory, la alemana Nico. A regañadientes aceptaron, y ella, una modelo con severos problemas de pronunciación que quería hacer carrera como cantante y un acento germánico imposible de ocultar (según ella, no importaba porque quería parecerse a Bob Dylan) completaba un cuadro de fantoches difícil de superar. Continuo era el tocar con la distorsión más alta que su micro o directamente desenchufarselo para no escucharla, aunque con el paso del tiempo bien es verdad que todos acabaron siendo amigos y ayudándose en sus trabajos en solitario.

El día del concierto llego inexorablemente y Warhol se encargó de llenarlo y de que Manhattan presenciara a sus chavales. Salieron al escenario con gafas de sol y tocando de espaldas para evitar que los juegos de luces les produjeran ataques epilépticos (como si ocurrió con mucha gente de la primera fila) y el maltrato sonoro que el publico tuvo que soportar fue tan épico que se cancelaron prácticamente todas las actuaciones y se les buscaron sustitutos por todos los medios para el resto de fechas. Todo el que vio a Lou Reed cantar ''Heroin'' mientras un montón de gente en el escenario simulaba pinchazos en las venas con jeringuillas de plástico en una de las 'performance' más grandes de la música montó esa misma noche una banda o quemó todos sus vinilos. El concierto, obviamente, fue todo un éxito para los chicos, que lo celebraron como toda una victoria.

Era hora de llevar este suicidio sonoro en forma de cacofonías a un disco, y rápidamente entraron en el estudio. La grabación fue, como no podía ser de otra forma, una pesadilla para los ingenieros de sonido. John Cale arrastrando sillas y golpeando objetos por el estudio durante las sesiones, saboteando los instrumentos del estudio (solía poner cosas dentro de los pianos para modificar el tono de las cuerdas) y un fluir continuo de drogas y personal de la Factory llevaban la locura a cualquier rincón de la grabación. Incluso una vez terminado se tuvo que recortar la duración de varias canciones, añadir ''There She Goes Again'' para poder radiarlo (no llego a ocurrir) y hacer un montaje especial con las planchas de impresión que retraso todavía más todo, ya que a Warhol se le había antojado que la portada fuese una pegatina de un plátano con la leyenda 'peel slowly and see' y que al levantarla se viese debajo una figura falica rosa y bananil.

Solo Verve Records se atrevió a lanzar al mercado semejante bomba, y con algo de recelo ya que poco antes la misma compañía había publicitado bastante el disco de Frank Zappa (iniciándose así, sin saberlo todavía ninguna de las partes, un duelo de egos y odios que duraría décadas). Por supuesto fue un fracaso comercial a todas luces y fue retirado rápidamente de las tiendas.

A día de hoy todos saben quien son The Velvet Underground y su monstruoso debut, uno de los discos más importantes e influyentes de la historia de la música, pioneros e inventores del noise rock y proto-todo, miembros del hall of fame of rock desde 1996 y reconocidos mundialmente como probablemente padres del mejor disco jamas grabado. Puede que no sea el álbum más accesible al oyente que se ha hecho, pero creo que ha quedado claro que tampoco era su intención, así que vosotros decidís si formáis parte de la gente que salió corriendo del local para pasar al olvido más absoluto, o los que se quedaron bailando con gafas de sol, esos temerarios que ahora forman parte de la historia y que cuarenta años después aun recibes lineas como estas y ríos de tinta.

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domingo, 24 de julio de 2011

The Left Banke - Walk Away Renée / Pretty Ballerina (1967)



Durante esta época, a finales de los sesenta, el pop se revolucionó cuando bandas como The Beach Boys (con Pet Sounds), The Zombies o el productor Phil Spector, comenzaron a incluir instrumentos 'clásicos' y orquestación, especialmente cuerda y trompas, buscando un mayor dramatismo y majestuosidad. En esta liga del llamado 'Baroque Pop' jugó The Left Blanke, ganando prácticamente todos los partidos.

Como bien dice el titulo del disco, los temas ''Walk Away Renée'' y la canción que lo abre, ''Pretty Ballerina'', serian la carta de presentación. Son justo lo que el 'baroque pop' ofrece como definición: dulzura, calidad, voces angelicales y ejecución perfecta. Todo muy inocente a primera vista, todo muy blanco, pero que en cada escucha adquiere matices más y más maduros, hasta darte cuenta de que la mayoría de las melodías pasarían sin problema por temas creados a día de hoy. ¿Alguien se percataría o notaria la diferencia si en lugar de un hit de Coldplay, un día se pusiera en la radio ''Let Go of You Girl''? Bueno, probablemente sí, porque todos nos extrañaríamos de que Coldplay sacase una canción tan buena.

Los clavicordios tienen un lugar preferencial en este disco, pero también lo tienen los coros e incluso algún solo de guitarra tímido, para destaparse con momentos bailables como ''I Haven't Got the Nerve'' o riffs demenciales que sorprenden, como el cierre ''Lazy Day'', más cercano a un garage rock que otra cosa.

En lineas generales, un acierto total en la idea y concepción de la obra. Un disco redondo de principio a fin, con unas pautas muy claras y con un sentido de la melodía que la primera vez que los escuché me volvió loco, con un sonido reconocible 100% en cualquier canción actual. Me pregunto que seria, por ejemplo, de los actuales Belle and Sebastian si cuarenta años antes los neoyorquinos no hubiesen sacado este discazo de referencia.

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