lunes, 31 de octubre de 2011

Tim Buckley - Goodbye and Hello (1967)



¿El padre de Jeff Buckley? ¿Acaso alguien dice lo mismo de Jakob Dylan o de Jason Bonham? El único caso que me viene ahora mismo a la mente seria el de Miley Cyrus (Hanna Montana) y creo que se desmorona por si mismo. ¿Por qué entonces la obra de Tim a menudo permanece en un segundo plano a la sombra de, normalmente, el 'Grace' de su hijo? Desde este 'Goodbye and Hello' hasta 'Starsailor', Buckley encadena una carrera increíblemente solida, donde cada disco es superado por el siguiente en algún aspecto, mostrando la transformación y madurez de un artista que de no haber muerto de forma prematura a los 28 años estaría sin duda en otro asiento reservado de la historia.

Y es que no hablo de infravalorar su arte, poca gente puede haber que no se emocione ante barbaridades vocales como ''Pleasant Street'' donde Buckley juega con el oyente como quiere, y a nadie se le puede escapar los coqueteos ácidos en ''Carnival Song'' o la música hindú en ''Hallucinations'' (esto habla de la innovación y la energía que Buckley metía en sus discos, y también obviamente de que pertenece a la generación que mamaba del Sgt. Pepper de The Beatles), más bien me refiero a un desconocimiento sobre su vida y vicisitudes, en una figura que a mi se me antoja enorme en la recta final de los años 60.

Con algún que otro deje en las letras que recuerda a Bob Dylan y con unos arreglos de cuerda muy barrocos, herencia directa de la moda iniciada con 'Pet Sounds' y la producción baroque pop de Brian Wilson, el álbum se muestra como una estampa perfecta del devenir de la música folk en la época, incluso con locuras fuera de lugar como la ¿progresiva? ''Goodbye and Hello'' que con sus 9 minutos de duración es un buen ejemplo de lo que era capaz de conseguir este hombre.

Todo en su vida parecía que iba de la mano con la tragedia, una macabra broma en la que la melancolía era su mejor amiga, las drogas y el alcohol sus hermanos y la muerte un fiel compañero, que no solo se le llevaría a él privando al mundo entero de su talento, sino que la tristeza seguiría una generación más, robándonos también a Jeff a la misma edad. No creo que se pueda definir mejor su forma de vivir y cantar que con un 'hola y adiós'.

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