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Contaba Pete Townshend, guitarrista y compositor de The Who, que la primera vez que vio al negro sobre un escenario tuvo que ir corriendo a llamar a Eric Clapton por teléfono. En la conversación le dijo que había encontrado ''al hombre que los iba a jubilar'' y ante la pregunta de Clapton sobre quien era ese tipo, Townshend contestó ''el mismísimo diablo tocando blues''.
Bueno, la frase del británico a demostrado con el tiempo no ser tan profética como parecía en un principio, al menos en cuanto a la jubilación prematura de los dos guitarristas, pero puede que sí que tuviera mucho de autentico en cuanto a la proveniencia maligna de Jimi Hendrix. En aquel momento en que el propio Clapton al mando de Cream, o Jeff Beck y los últimos coletazos de los Yardbirds llevaban las riendas del blues, la efigie de un Jimi Hendrix afroamericano se erigía como una figura de culto ante la invasión británica (llena de blanquitos) hacia un sonido de raíces tan americanas.
Hendrix, admirador de B. B. King entre otros, había decidido recuperar el trono para su país y ya de paso convertirse en el rey de la guitarra. La forma de conseguirlo fue llevar a un nuevo nivel todo el cajón de sastre que era el rock en 1967. Un poco de psicodelia por aqui, otro poco (mucho) de drogas por alla, el uso y abuso de los pedales (Según tengo entendido, fue Frank Zappa el que le enseño el uso del Wah-Wah), una alta carga sexual, un directo en forma de apisonadora y una personalidad que arrasaba por igual entre hombres y mujeres.
La idea era buena, pero puede que para otros fuese bastante complicada de llevar a cabo. No para el bueno de Jimi, un virtuoso de las seis cuerdas como no se había visto nunca. Una bestia salvaje que prendía fuego a su instrumento en directo, que tocaba con los dientes o con los ojos cerrados para, según él, ser capaz de captar ''la energía y el amor del publico'' y así saber que notas tocar. Una locura. Jamas se había escuchado a una guitarra llorar de esa manera en el rock, o llenar un disco con solos de guitarra de una manera tan magistral. Miles de personas acabarían abrazando esta nueva religión del acid rock y se influenciarían de la obra del genio de Seattle.
También puede que sea un poco injusto alabar solamente a Hendrix como padre de la criatura, ya que el power trio realmente eran The Jimi Hendrix Experience, completando la formación Noel Redding al bajo y Mitch Mitchell a la batería. Dos pedazo de músicos muchas veces olvidados o directamente eclipsados por Hendrix.
En cuanto a las canciones en sí encontramos verdaderos clásicos, con ''Foxy Lady'' como apertura, ''Manic Depression'' como continuación o ''Fire'' en plan single estrella. La versión definitiva de ''Hey Joe'' o ''Purple Haze'' y esa letra que de manera tan acertada definiría el mastodóntico ego del guitarrista cuando dice aquello de 'now, excuse me while I kiss the sky'.
Un debut antológico, la aparición en escena de un nuevo genio, un personaje que llevaría a un nuevo plano la guitarra, la composición y que intentó demostrar por todos medios que la música era una prolongación más de su cuerpo. E incluso, por encima de todo, de su alma.
Puntuación |
Mi versión de CD es la del noventa y algo, la reedición en la que se aunaron tanto la de USA como la de UK, asi que esa es la que he subido ya que es la más completa y en el fondo es el mismo disco.
ResponderEliminarUn señor discazo el debut de Hendrix. De hecho, lo voy a poner un ratito, y excelente reseña.
ResponderEliminarUn saludo.
Impaciente por ver qué relatas en el Disraeli Gears en el que estás obligado a mencionar este discazo histórico.
ResponderEliminarMuy bueno el blog, me he leído todas las entradas y espero poder leérmelas todas.
Hombre, el Disraeli Gears, si no lo subiese me cortaríais la cabeza como si fueseis la mismísima Reina de Corazones.
ResponderEliminarSiendo 1967 un año tan prolífico yo calculo que aun estaré unos dos meses más subiendo discos, así que en esas fechas el amigo Clapton hará su aparición estelar.
Saludos!
Es una pena lo que se han empeñado en hacer con el legado de Hendrix, supongo que todos tienen que comer. En cuanto al disco, lo has dicho todo. Contiene una de mis canciones favoritas: Hey, Joe.
ResponderEliminarSaludos