lunes, 20 de junio de 2011

The Kinks - Face To Face (1966)



Aunque The Kinks llevaban ya una temporada sacando varios discos al año (y dejando por el camino monumentos del rock & roll como ''You Really Got Me'' o ''All Day and All of the Night'') no seria hasta este Face To Face cuando empezaría a relucir su verdadero potencial, en una linea de discos clásicos que dominaría buena parte de la década restante. Así que aunque ya existían como banda antes, podrías decir que aquí empezaba su bautismo.

Puede ser que justamente este espíritu de disco de ''transición'' entre su forma de hacer la música antes y lo que buscaban, y el sonido característico de los Kinks en la producción (a veces demasiado rudo, con una batería bastante machacona) le hagan un poco denso en ocasiones, con algunas canciones demasiado duras muy seguidas.

Ray Davis se luce en ''Rosie Won't You Please Come Home'' y las introducciones de ''Party Line'' y ''Rainy Day in June'' se agradecen para evitar la sensación de ser un simple tracklist canción tras canción, ademas de que son ambas muy buenas, especialmente la primera, con una letra bastante ingeniosa.

En lineas generales el disco es bastante compacto, pero si obviamos a ''Sunny Afternoon'' (que sobrevesale por encima del resto claramente, ya que estamos hablando de una de las mejores composiciones del grupo) no hay muchos más picos en los que el disco se dispare hacia arriba. Más bien todo se mueve en unos parámetros neutros, que solo se mueven en pequeños picos vocales, alguna guitarra de intro y poco más.

No hay que fiarse, porque The Kinks y su discografía de aquí en adelante es bastante pareja en cuanto a calidad (sin contar el álbum que todos sabemos) y cada uno puede tener sus favoritos, pero creo que por ahora solo era el primer paso, y que trabajo tras trabajo seguirían mejorando.

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jueves, 16 de junio de 2011

13th Floor Elevators - The Psychedelic Sounds of the 13th Floor Elevators (1966)



La verdad que entre la portada y el esclarecedor titulo no hay mucho margen para la imaginación con este álbum. En efecto, estamos ante uno de los viajes psicodelicos más importantes de los 60, y uno de los discos  en los que más toneladas de droga se han invertido durante su grabación.

Todo en este disco es bastante bizarro, desde la producción (por momentos poco menos que amateur), la extraña sensación de estar escuchando algo bastante más siniestro de lo que debería ser, las cripticas letras, o la extraña voz de Roky Erickson a medio camino entre el tono de un sermón en la iglesia y un yonki relatando su viaje de ácido.

Por todos estos factores su sonido es muy particular, pero si algo destaca por encima de todo lo demás es el mítico instrumento que Tommy Hall inventó para este debut. El puñetero ''Electric Jug'' o lo que es lo mismo: ¡El jarrón eléctrico! Literalmente es una jarra de cerámica que al soplarla emite un sonido que solo puedo describir como ''Wooo Wooo Wooo''. Imaginaros que clase de banda tiene un miembro solo para estar soplando un botijo.

En la mejor canción del disco, ''You're Gonna Miss Me'' podemos encontrar la famosa jarra, a Erikson con su particular voz, unos riffs garageros muy interesantes y hasta un solo de armónica, que sirve como sinopsis para el resto de canciones, aunque en una especie de ficticia cuenta atrás hacia la decadencia las canciones se van volviendo más duras hasta la insuperable ''Kingdom Of Heaven'' donde de verdad se escuchan sonidos de otro mundo (Sí, y el jarrón también)

De repercusión tardía, mucho más que otros discos adelantados a la psicodelia como el Fifth Dimension de The Byrds por ejemplo, es casi más un disco de culto que una inspiración directa sobre los grupos. Puede que incluso muchos de vosotros, al menos los más jóvenes, llegarais a este grupo como yo, a través de sus herederos directos en las drogas, Primal Scream (El Screamadelica podría tomarse como una revisión de esta obra perfectamente) y el cover de ''Slip Inside This House''.

Erickson termino arrestado, encarcelado, ingresado en un centro psiquiátrico, y poco después diagnosticado de esquizofrenia por consumo de LSD y abuso de marihuana. Hasta en esto se adelanto a otros pirados celebres como Syd Barret, que grande.

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lunes, 13 de junio de 2011

Simon & Garfunkel - Parsley, Sage, Rosemary and Thyme (1966)

 


Tras este minimalista titulo se encuentra el tercer disco del dúo. Una evolución lógica de su sonido, como ya lo fue del primero al Sounds of Silence. Esta vez dan un paso hacia un ''baroque'' folk, que parecen tomarse literalmente en algunos temas, como ''Scarborough Fair / Canticle'' donde un clavicordio nos da los buenos días y sirve como batuta para marcar el camino que llevara el resto de temas.

El disco se mueve básicamente entre dos aguas: en azucarados (hermosos para otros) momentos de un buen gusto innegable, coros bastante contundentes y unas letras todavía más cuidadas, como por ejemplo ''Homeward Bound'' o los arreglos de cuerda en ''The Dangling Conversation'' y por otro lado en pequeños guiños experimentales (todo lo que ellos se podían permitir) como es la bizarrada de ''7 O'Clock News / Silent Night'' con esa radio dando las noticias de fondo.

En la faceta netamente folk, podemos tomar a ''A Simple Desultory Philippic (or How I Was Robert McNamara'd Into Submission)''  (otro titulo minimalistas de los chavales, como podéis apreciar) de referente, aunque la verdad es que no deja de ser una copia/homenaje a Bob Dylan. La canción esta formada a base de retales, como títulos de canciones o frases de algunos de los temas más famosos de Dylan. Ese ''Everybody must get stone...'' no deja mucho a la imaginación.

Como resumen, ¿que podemos encontrar en el disco? Pues más y mejor, más variedad posiblemente y una mejor producción que en el anterior álbum. Para los fans, una delicia. Para el resto, otra nueva golosina.

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domingo, 5 de junio de 2011

The Beatles - Revolver (1966)



La etapa de transición de los Beatles culminaría con este disco. Todos sus miembros alcanzaron a la vez su punto más alto a nivel musical, comenzaron a usar el estudio como un instrumento más (experimentando con prácticamente toda la tecnología existente, e incluso provocando la creación de alguna nueva) y por primera vez dejaron de formar un 'todos para uno' para convertirse en genios individuales al servicio de la música.

Mientras John Lennon encontraba en Yoko Ono la inspiración que necesitaba para comenzar a interesarse por la vanguardia más agresiva del momento, influyendo en él como probablemente nunca nadie lo había hecho antes, otros miembros como George Harrison abrazaba definitivamente la cultura hindú, y especialmente las enseñanzas de Maharishi Mahesh Yogi, creándose así un abanico de ideas tan amplio que habría destrozado a cualquier otro grupo. Pero donde otros hubiesen fracasado, The Beatles crean su álbum más redondo y homogéneo hasta el momento.

Pero puede que, a pesar de todo, terminase siendo Paul McCartney el que se descubriese a si mismo y creciese más como compositor en estas sesiones. Mientras Harrison buscaba la novedad en el sitar y aprendía de Ravi Shankar, o Lennon nadaba casi literalmente en océanos de LSD, Paul buscaba su maduración mediante la exploración de la música clásica, el gusto por el detalle, la sutileza en las letras o el trabajo orquestal de otros gigantes del momento, como Brian Wilson y su trabajo con Pet Sounds.

De aquí saldrían algunos de sus mejores temas, como ''Eleonor Rigby'' y sus arreglos de cuerdas perfectos, que casi le convierten en un cuento con música de fondo, o ''Here, There and Everywhere'' que seria otro de sus regalos al buen gusto. Estos trabajos están al mismo nivel (y en cierta manera son igual de revolucionarios) que otros cortes del disco más innovadores, ya que prácticamente estaba alcanzando con ellos la cima del pop.

En otro rincón estarían las canciones Harrison, como la primera del disco, la conocidisima ''Taxman'' o esa oda al egocentrismo que fue ''Love You To'' donde él toca todos los instrumentos, formando una nueva unión desconocida hasta el momento en el rock mainstream, la cultura india. Hasta Ringo tiene su momento al poner la voz en la sencilla y a veces ridiculizada en exceso ''Yellow Submarine''.

Lennon por su parte seria la otra cara de la moneda, volcado totalmente en la búsqueda del más difícil todavía. Si McCartney había aprovechado el estudio y a George Martin para pintar con sentimientos la música, Lennon se lanzaría a explorar sonidos y formas nuevas de grabación. En ''I'm Only Sleeping'' (mi canción favorita de todos los tiempos) se puede oír un solo de guitarra tocado al revés y uno de los mayores momentos de inspiración lírica de Lennon, creando con las rimas y con su vocalización un efecto onírico casi real. Pero donde de verdad se ganaría un puesto en el Olimpo para el resto de su vida, en un trono que jamas nadie seria capaz de arrebatarle hasta el día de hoy, seria con ''Tomorrow Never Knows''.

Nunca se había escuchado algo parecido, una psicodelia que para ser primitiva resultaba demasiado avanzada. Una producción experimental a base de loops, bucles de cintas y voces de otro mundo. El pistoletazo definitivo para todo el movimiento de los siguientes años y el punto de apoyo que Arquímedes pedía a gritos para mover el mundo. Ni siquiera su colocación en el tracklist da la impresión de ser una decisión arbitraria, siendo la ultima canción del álbum parece indicar que después de ella no hay nada, que todo lo demás una vez se acaba el disco es una mera continuación de lo que ellos acababan de crear.

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domingo, 29 de mayo de 2011

Yardbirds - Yardbirds [Roger the Engineer] (1966)



Pese a que habían demostrado en muchas ocasiones que eran unos monstruos imparables sobre un escenario, y que el directo era su verdadera zona de batalla, Yardbirds siempre habían dejado en sus discos de estudio algunas joyas como la clásica ''For Your Love'' o ''Heart Full Of Soul''. El precio que pagaban por ello era, normalmente, crear discos de altibajos muy pronunciados.

Puede que esa fuese parte de la magia de Yarbirds, pero cuando Jeff Beck toma el mando del grupo definitivamente tras la marcha de Eric Clapton meses antes, con tiempo por delante para componer de sobra, los singles dejan paso a un disco mucho más fuerte en conjunto pero sin prácticamente ninguna nota de color.

Muy centrado en cortes bluseros, la inspiración psicodelica se queda en ''Lost Women'' y ''Turn Into Earth'' como máximos exponentes. Beck siente el grupo más suyo que nunca y se permite lucimientos como ''Jeff's Boggie'', una pequeña instrumental donde le da tiempo a demostrar de sobras que es un virtuoso de la guitarra (y marcando un poco lo que serian sus discos en solitario), pero poco más.

No es mal disco ni mucho menos, pero se esperaba un ultimo giro en su sonido, para convertirles en los revolucionarios que deberían haber sido, y en lugar de eso se encuentran de golpe con la madurez compositiva.

El ultimo buen disco de Yardbirds como legado, ya que un tiempo después el blues de Clapton iría un paso hacia delante con Cream y un joven Jimmy Page ganaría protagonismo en la banda hasta convertirse en Led Zeppelin.

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lunes, 23 de mayo de 2011

Bob Dylan - Blonde On Blonde (1966)



El séptimo álbum de estudio de Bob Dylan es el que cerraría el triangulo de clásicos y obras maestras que conforman los dos discos de 1965 y el que nos ocupa. Este punto seria el apogeo de su obra, alcanzando una excelencia en la composición y en las letras (cada vez más surrealistas) increíble y encadenando trabajos inmaculados uno tras otro de una manera asombrosa.

Dylan continuaba con su idea de evolucionar el folk y convertirlo en set eléctricos, así que volvió a trabajar con varios de los músicos usados en las sesiones de Highway 61 Revisited, y con una nueva incorporación, varios miembros del grupo The Hawks, que posteriormente se convertirían en The Band.

Con una duración de casi hora y veinte minutos (uno de los primeros LP dobles de la historia) estamos seguramente ante el trabajo más épico de Dylan. La evolución (o revolución) más palpable sin duda llega en el apartado musical, donde definitivamente el sonido se vuelve salvaje en canciones como ''Leopard-Skin Pill-Box Hat'' y su brutal solo de guitarra, o varios pasajes de armónica desatada esparcidos por el disco. Otro clásico seria ''Rainy Day Women #12 & 35'' y el mítico fraseo de 'Everybody must get stoned'.

Pero no solo consigue convencer mucho más que antes en el apartado rockero, también en las canciones melódicas obtiene de lejos sus mejores resultados. Con ''Visions Of Johanna'' obtiene un éxito automático con una letra cuidadisima, pero de una duración un poco excesiva probablemente, cosa que subsana perfectamente con cosas mucho más digeribles como ''I Want You''.

Y es que una vez más da la sensación de que hay muchas canciones demasiado largas, como por ejemplo la cara D, dedicada íntegramente a los 11 minutos de ''Sad Eyed Lady Of The Lowlands'' o los siete minutos de ''Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again'' que pueden llegar a parecer interminables tras la sexta o séptima estrofa. Una vez más podemos echarle la culpa al idioma, ya que aunque las historias son de lo más interesantes, no todos podemos entender el cien por cien lo que nos cuenta, perdiendo así algo de gracia.

La trilogía legendaria se termina en 1966, pero ni mucho menos empezaría a bajar la calidad en los siguientes discos, solamente no seria capaz de volver a alcanzar el nivel demostrado aquí, aunque a mediados de los 70 vuelva a rozarlo. Un disco con el único ''pero'' de la duración (para los que eso sea algo que descontar) y el handicap de ser muy importante entender lo que se escucha.

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jueves, 19 de mayo de 2011

The Byrds - Fifth Dimension (1966)

 


Tras dos discos llenos de canciones de Bob Dylan por todos lados, y con una reputación ya como banda de folk rock, The Byrds toman la decisión de dar un paso hacia delante. Esta decisión era comenzar la psicodelia tal y como la conocemos hoy en día. Otros ya habían coqueteado un poco con el sonido, pero ninguno de la manera en que The Byrds lo hace en este disco.

Gene Clark volvía a tomar el mando compositivo para el álbum, pero poco le duraría. En medio de las sesiones de grabación y debido a ciertos problemas internos de la banda, Clark se plantea abandonar The Byrds. La gota que colma el vaso es la gira que programan, llena de largos viajes, cuando era por todos sabido que Clark tenia un miedo increíble a los aviones, y decide marcharse definitivamente.

Una vez fuera, Roger McGuinn toma el mando y de que manera. Su característico sonido con la guitarra de doce cuerdas se ve envuelto en un tornado de marihuana de la que saca temas como ''5D'' o ''Mr. Spaceman''. También varios clásicos populares reciben su lavado de cara psicodelico, y asi podemos escuchar versiones de ''Wild Mountain Thyme'' o ''Hey Joe'' como nunca antes se habían escuchado.

De todos modos, si una canción define bien lo que el álbum contiene esa es ''Eight Miles High'', clásico entre los clásicos, y probablemente la mejor canción del disco, pasando a himno por derecho propio del movimiento que se estaba gestando.

The Byrds no solo daban el paso definitivo (y pionero), sino que lo hacían con una grandisima calidad y con una madurez muy grande teniendo en cuenta los trabajos anteriores. De aquí en adelante muchos les seguirían, y otros tantos les imitarían, algunos superándoles y otros quedándose por el camino, pero todos con Fifth Dimension de fondo.

Ademas su sonido característico seguía intacto, dando así doble ración a sus fans. Enorme.

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lunes, 16 de mayo de 2011

Frank Zappa - Freak Out! (1966)



El monstruoso debut de The Mothers of Invention (Frank Zappa desde ahora, ya que es imposible pensar en el grupo sin centrar la figura en él) fue pionero en muchos aspectos musicales, pero también lo fue fuera de ellos. Primer LP doble, uno de los primeros en buscar la cohesión del álbum de una manera casi conceptual, y con una actitud critica y ácida no vista hasta el momento en la música.

Se hace raro que en pleno movimiento ''Flower Power'', cuando se proclaman desde todos los escenarios del planeta actitudes como el amor libre, Frank Zappa se presente como un líder satírico que muchas veces parece buscar la simple mofa con mucho más ahínco que mostrar su indignación hacia los temas de los que se burla. Una actitud bastante punk (¿freak?) en la época, pero que al contrario que otros contemporáneos, sí que venia de la mano de un virtuosismo en el instrumento y una habilidad fuera de toda duda para la composición.

Canciones a la vieja usanza como la inicial ''Hungry Freaks, Daddy'' o la tremenda ''Any Way The Wind Blows'' muestran el lado más ''clásico'' del rock que Zappa era capaz de desarrollar. En el otro lado de la moneda se nos presentaría un Zappa experimental con el clásico ruidoso ''Who Are The Brain Police?'' o la bizarrada de ''Help, I'm a Rock''.

El eclecticismo del álbum no se queda solo en ese binomio clásico/vanguardia, sino que va desde palos como el jazz, el soul y el amago progresivo que es la cara D del disco, dedicada por completo a los 12 minutos de ''The Return Of The Son Of Monster Magnet''.

Es difícil separar al personaje de la persona, y a veces es muy normal sentirse perdido entre la telaraña de ideas por minuto que es capaz de desarrollar. Hay momentos de verdadera locura, y para mi el intento de abarcar tantas ideas en tan poco espacio acaba pasandole factura al final. Todo esta lleno de buenas ideas, de momentos de inspiración tan brillantes que uno puede ver los 45 años siguientes de rock a través de sus sonidos, pero sin llegar a cuajar con la suficiente fuerza para ver el disco redondo que debería ser, cosa que sí que llega a alcanzar con algunos de sus siguientes discos.

Porque no hay que olvidar que aun estamos en 1966 y esto era un ''simple'' debut...

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sábado, 14 de mayo de 2011

The Beach Boys - Pet Sounds (1966)


Espero que esta reseña no se convierta en un montón de excusas y justificaciones sobre mi nota al álbum. Y es que estamos ante la obra magna de The Beach Boys, ante uno de los discos más importantes de la historia (¿Se puede ser de los más importantes pero no del club de los mejores?) y todo creado con un gusto exquisito. ¿Cual es el problema entonces?

Bueno, es posible que otras bandas como The Beatles hayan conseguido trascender más allá con su sonido debido a algo clave, hacer su música atemporal. Y Pet Sounds juega justo en la liga contraria. Todo el disco es un esfuerzo descomunal de los Beach Boys y especialmente de Brian Wilson, por crear sensaciones y emociones para el oyente, pero no con el oyente. No hablo de que hay que tener una especial sensibilidad para escuchar el disco, pero sí estar predispuesto a meterte en su mundo y no salir de allí en lo que dura el álbum.

Canciones como ''Don't Talk (Put Your Head On My Shoulder)'' no dejan mucho a la imaginación, y tanto la letra como la música juegan a emocionarte. ¿Es una mala canción por no conseguirlo? En lineas generales no podría decirse eso, pero pensar en una obra que se ha creado expresamente para una función y que no consigue llevarla a buen puerto no me parece un éxito.

Sí que contiene temas inmediatos que no necesitan de presentación como puede ser ''Wouldn't It Be Nice'', y meter dos instrumentales de una calidad tan alta como ''Let's Go Away For Awhile'' y sobre todo la que da titulo al disco, ''Pet Sounds'', le dan cierta variedad al resto de canciones pop, la mayoría con unos toques bastante dramáticos de cuerdas.

La influencia de este disco tampoco admite mucha discusión, hoy en día se sigue tomando como referencia para muchos artistas, ademas de ser un salto de gigante en la carrera de los Beach Boys, con un cambio de registro espectacular desde el anterior trabajo.

Es un disco que hay que escuchar con mimo porque cada persona es un mundo, y mientras unos podemos disfrutar con la edulcorada ''God Only Knows'' en pequeñas dosis, otros pueden hacer de ella su bandera y llegar a obsesionarse. Mi opinión es que ver este disco como la obra maestra de los 60 que se le supone depende demasiado del receptor, y eso desde luego le hace perder valor al producto.

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lunes, 9 de mayo de 2011

The Rolling Stones - Aftermath [US] (1966)



The Rolling Stones seguían premiando al publico americano con reediciones de sus discos británicos, lanzamientos prematuros o incluyendo canciones extra. En esta ocasión vuelvo a pensar que en USA salen ganando, al igual que con el anterior disco.

Cambiar ''Paint It Black'' como canción de introducción y terminar dejándola fuera del disco parece una decisión igual de absurda que en su día fue hacerlo con ''Satisfaction'', pero ese tipo de cosas son las que nos hace ahora darnos de tortas por unas versiones u otras. Parte de la salsa de la música.

Brian Jones se seguía destapando como alma del grupo, y como un multiinsrumentalista de categoría, dandole una magia especial a todas las canciones en las que me metia mano a fondo, como el sitar en la comentada ''Paint It Black'' o el sonido de marimba en ''Under My Thumb'', la mejor canción del disco para mi, y un top diez del grupo. Y siendo estos los Stones, eso quiere decir muchísimo.

Con esta canción de fondo, y con los Hells Angels de miembros de seguridad (estas cosas solo pueden pasar en el rock) un hombre perdió la vida acuchillado en el famoso incidente de Altamont. Unido a la letra, acorde a la misoginia de finales de los 60 que esgrimían los Stones, no hacia más que aumentar su leyenda de rebeldes sin causa.

La primera cara es bastante superior a la segunda, y el bajón se puede notar claramente después de ''Think'', aunque remonta (¡Y de que manera!) con el 'jam' final de once minutos que es ''Going Home''. Una de las primeras muestras de que Mick Jagger era un torbellino imparable, capaz de comerse un escenario y un micro a la vez y aun sobrarle hueco en la boca.

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