lunes, 16 de enero de 2012

The Kinks - The Kinks Are the Village Green Preservation Society (1968)



Al igual que The Beach Boys crecían en su sonido a la par que su miembro Brian Wilson progresaba y comenzaba a convertirse en un artista de un plano superior al resto, The Kinks sobrepasaban su madurez a la vez que Ray Davis y su descomunal talento crecian de manera ascendente.

Siempre al margen de las modas, tan pronto tocando dos acordes para componer un himno del garage rock (''You Really Got Me'') como  construyendo una ópera rock pocos años después. Este eclecticismo suyo ha sido siempre un arma de doble filo que les daba tanto como les quitaba. Imposibles de encasillar, con una discografía enorme, contundente y muy variada, daban a su obra una riqueza enorme, pero abarcar tanto les dio a cambio no gozar de la fama ni de la trascendencia de otros coetáneos como The Beatles.

Village Green es posiblemente el disco que mejor les define como grupo, y con toda seguridad su obra magna. De ellos y del rock y el pop en general. Un disco con trasfondo costumbrista de la campiña inglesa, que solo alguien con una flema británica como Davis es capaz de describir tan mordazmente, con tan mala leche y de una manera tan acertada. Solo con la letra del tema que abre el álbum ya se ha ganado el premio a la sordidez, con permiso de Frank Zappa mediante.

Sin llegar a la auto-referencia, las morsas y los monos que esconden cosas de John Lennon, si que sus letras suelen tener lugares comunes. Hacer de lo cotidiano lo más extraordinario, con personajes tan increíbles como los que impregnan ''Do You Remember Walter?'' o ''Johnny Thunder''. Pero es que en lo musical también se habían convertido en una locura total. ''Wicked Annabella'' con su siniestro riff y la voz de Dave Davis susurrándote al oído para acabar con esa violencia final, o el carrusel siniestro de sonidos que es ''Sitting By The Riverside'', de lejos uno de los temas más lisergicos que habían compuesto, muy en la onda del Sgt. Pepper.

Quince temas que dan para mucho, pese a no ser un disco demasiado largo, y que en conjunto forman un bloque demoledor. No me viene a la cabeza un inicio tan seguido de temazos en otras bandas como lo son los cinco primeros cortes de este disco. Quizá se pueda echar en falta una canción absoluta que recordar, al igual que en el disco antes mencionado de The Beatles, pero el conjunto prima por delante de las individualidades (dicen) y con una calidad tan alta tampoco es necesario.

Mi exigencia con The Kinks es siempre muy alta, pero con esta obra maestra poco se les puede reprochar. Un disco muy contundente que pondría a la banda definitivamente entre los más grandes artistas que darían las islas en su historia. Dios salve al pato Donald.

Puntuación

8 comentarios:

  1. The Kinks son cojonudos, y este disco sea probablemente su mejor obra, aunque no mi favorita. Ya lo comenté en mi blog, pero aprovecho para recordarlo: el documental "Imaginary man" sobre Ray Davies es altamente recomendable.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. A mi con The Kinks se me cae la baba, se me ve el plumero y mil cosas más, los amo.
    Qué más puedo decir, este disco como bien dices es más su todo que las individualidades, es un bloque muy bueno, aunque no es mi disco favorito, pero siempre me ha ido gustando más y más...
    Picture book y Big sky, me vuelven loco, por ejemplo...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. LLevo aún poco tiempo machacando a The Kinks y este va ha ser el siguiente que voy a diseccionar, haber que pasa, hasta ahora he disfrutado como un enano de "Arthur" y "Lola Versus Powerman...", no espero menos de este "Village Green"

    Saludos a todos.

    ResponderEliminar
  4. Hacía que no lo escuchaba la de Dios, nunca me puse demasiado con ellos, con la excusa lo he vuelto a escuchar. Me extraña que no hayas mencionado la quinta, Last of the Steam-Powered Trains, que tiene un aire flipante a Bob Dylan. Culpa de la armónica, supongo. A ver si me pongo con ellos, que aquí hay unos cuantos discos...

    ResponderEliminar
  5. Este es probablemente el primer disco de Kinks con verdadero carácter de LP, es decir, de obra grande: hasta este momento, son una banda de singles. Lo cual no es bueno ni malo, que conste (y muchos buenos grupos de singles se hundieron al llegar al LP). En todo caso, en ese formato, me gustan más algunos discos suyos de los primeros años 70.

    ResponderEliminar
  6. Una de las obras más superlativas de la historia del rock.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Descubrí este disco gracias al foro de Liverpool donde Bruno,el que comenta más arriba,lo posteó.Me quedó alucinado.Tanto es así que lo escuché durante un viaje a Lisboa durante toda la ida y toda la vuelta.He vuelto a escucharlo varias veces más y eso hoy día es señal de que un disco es maravilloso.

    Un saludo.

    ResponderEliminar